domingo, 28 de febrero de 2010

HONDURAS REGRESA A "LA NORMALIDAD"

Margarita M. Montes

Un mes después de la toma de posesión del nuevo Presidente Porfirio Lobo Sosa, vemos a una Honduras que, luego de haber sido sacudida por una severa crisis política interna, regresa a “la normalidad”. Esta, sin embargo, no es una afirmación triunfalista; todo lo contrario. Honduras vuelve al status quo que imperaba antes de toda la conmoción que vivió desde junio de 2009.

En esta nota, me concentraré en los aspectos de política interna más relevantes de los primeros 30 días del nuevo gobierno. En notas separadas, trataré los asuntos de carácter internacional.

A continuación, un análisis de las principales evidencias que denotan que en el país continúan enraizados los vicios del pasado, y que seguimos estancados en el punto de inicio, previo a la crisis política de 2009:

1. Un partido tradicional, con un líder tradicional, toma el poder y actúa como tal: el Partido Nacional, una de las dos instituciones políticas tradicionales del país, y corresponsable, junto con el Partido Liberal, de la actual situación política, social y económica en la que se encuentra Honduras, arrasó en las elecciones de noviembre de 2009, llevando al poder a un candidato de corte tradicional. Porfirio Lobo Sosa es un político criollo de larga carrera, entre cuyos cargos figura el de ex Presidente del Congreso Nacional.

Al igual que sus antecesores, tanto del Partido Nacional, como del Partido Liberal, llega al poder vendiéndole “cambio” al electorado, (“Cambio ya!” fue su slogan de campaña política), pero también, al igual que todos ellos, llega al poder a mantener las actuales estructuras políticas, sociales y económicas intactas en el país. Esas estructuras son las que alimentan y sostienen a toda la clase política hondureña (sin distingo de partido), por lo que no hay motivación alguna en la clase gobernante por cambiarlas. El cambio, por naturaleza, es un adversario político de los partidos tradicionales.

Estas son algunas de las acciones y actitudes del actual Presidente que nos dan señales inequívocas de su apoyo a la perpetuación del status quo:

• Nombramiento de un gabinete lleno de políticos tradicionales, miembros de una clase política desgastada, desprestigiada y aún descalificada por la población durante la pasada crisis. Basta echar un rápido vistazo a los nombres de algunos de los cercanos colaboradores de Lobo Sosa, para descubrir Ministros que repiten en sus carteras, o funcionarios que ya ocuparon otros cargos en anteriores gobiernos y que ahora tienen uno diferente, pero de igual o mayor rango. En otras palabras, la misma gente, las mismas caras, las mismas actitudes. Eso desvirtúa totalmente el sonado slogan de “Cambio ya!” de Pepe Lobo.

• Nombramientos netamente de corte político, sin tomar en cuenta el mérito profesional. El caso más representativo es el nombramiento de una odontóloga como Ministra de Turismo, sector en el que no tiene ninguna experiencia tampoco como empresaria. Este nombramiento viene a engrosar las filas de otras tantas irracionalidades administrativas que tradicionalmente hemos visto en Honduras, tales como arquitectos de Ministros de Relaciones Exteriores; veterinarios de Ministros de Economía y abogados de administradores. Otra enorme contradicción con el slogan de “Cambio ya!”


• El descarado y desvergonzado nepotismo que ha exhibido el Presidente Lobo Sosa, nombrando a su hijo de Gobernador de Olancho; a su hija de Representante de Honduras ante el Banco Centroamericano de Integración Económica –BCIE-y a su sobrino de Cónsul de Honduras en Nueva York. Y eso, a apenas un mes de haber asumido el poder, y de haber asegurado en su discurso de toma de posesión que combatiría la corrupción. Paradójicamente, el nepotismo es una de las formas más pestilentes de corrupción que hemos soportado en Honduras por siglos. Ante esta inescrupulosa conducta de Lobo Sosa, podemos anticipar decisiones en la misma línea a lo largo y ancho de todos los 47 meses que le restan de gobierno. Preguntémonos qué cantidad mensual estará erogando el Estado de Honduras para pagar los salarios de los miembros de una misma familia, es decir, la familia presidencial, incluyendo a la Primera Dama, a quien en este país también se le asigna un salario. Lobo Sosa, dentro de su pregonada doctrina de Humanismo Cristiano, habló del Estado al servicio del ser humano, y no al revés, pero todo indica que ese servicio dependerá del apellido que tenga ese ser humano. Esta es otra prueba más de una inconsistencia con la frase “Cambio ya!”.

2. No hay voluntad política para hacer los cambios que requiere el país: al igual que sus antecesores, Lobo Sosa llega a manejar el mismo caos administrativo en el que hemos vivido. No vemos señales de que el actual Presidente tenga la intención de atacar la causa raíz de los principales problemas que aquejan a Honduras, en su mayoría de carácter estructural, y que se resumen básicamente en la politización de todas nuestras instituciones. Por ejemplo, por lo visto en estos 30 días, podemos anticipar que no habrá una reestructuración del sistema educativo. No se ve por ningún lado un enfoque cualitativo, encaminado a modernizar los contenidos educativos de primaria y secundaria para ponernos a la altura del siglo XXI, y menos aún, se ve alguna posibilidad de mejorar la calidad de los maestros. El gobierno seguirá enfrascado en un enfoque netamente cuantitativo de más escuelas, más profesores, 200 días de clases y más millones de lempiras en pagos al magisterio.

No habrá tampoco una reestructuración del sistema de salud. El gobierno seguirá empantanado tratando de corregir las enormes irracionalidades administrativas para que haya medicinas en los hospitales, pero no tocará nada más allá de eso. No habrá negociación entre el IHSS y el Estado, o entre el IHSS y las Municipalidades del país para que paguen la millonaria deuda que mantienen con esta institución. Tampoco se reestructurará la ENEE: no se eliminará el personal supernumerario; no se combatirá la corrupción; no se cobrará la mora de los abonados de mayor capacidad económica, ni se combatirá el hurto. Mucho menos tendremos una estrategia de mediano y largo plazo para revertir la matriz energética del país, altamente dependiente de los combustibles. Simplemente volveremos a la vieja receta de subir las tarifas, tal como ya lo anunció su nuevo gerente, Roberto Martínez. Y tampoco habrá profesionalización del servicio exterior, adonde los contribuyentes seguiremos pagando becas para parientes y clientes políticos del partido de turno. Estas son todas evidencias de un inexistente “Cambio ya!”.

3. No hay intención de reducir el tamaño del Estado: el nuevo Presidente habló en su discurso de toma de posesión de “austeridad” y de hacerle frente a la “peor crisis económica” en la historia de Honduras. Pero al entrar a Casa Presidencial, creó de inmediato nuevas funciones y hasta nuevos Ministerios. Para el caso, ahora tenemos el Ministerio de Comunicación y Estrategia y el Ministerio de Planificación; tenemos Comisionados Presidenciales para varias zonas del país y nuevas funciones dentro de Casa Presidencial. En uno de sus primeras reuniones de Consejo de Ministros, el Presidente solicitó a todos los encargados de las diferentes carteras, reducir sus gastos en un 20%. De poco servirá si el aumento del gasto público por la creación de nuevos Ministerios y cargos igualará o inclusive superará ese 20%. Otra gran decepción para aquéllos que compraron el “Cambio ya!”.

En síntesis, hoy en Honduras tenemos más de lo mismo. Ahora bien, esto no debe sorprendernos; a fin de cuentas no se pueden esperar cambios de partidos y de políticos tradicionales. Sería esperar hacer limonada con naranjas. Pero si bien estas conductas no sorprenden, sí logran despertar molestia e indignación entre la sociedad hondureña, sobre todo a raíz de los acontecimientos de los últimos meses. No podemos menos que preguntarnos si Lobo Sosa y el grupo que le rodea, aprendieron algo de la crisis política de 2009. Hasta el momento, en el ámbito interno, no se ven señales de tales lecciones, pues persisten las conductas tradicionales en la clase política gobernante, en la que es evidente una enorme brecha entre sus palabras y sus hechos; entre sus promesas de campaña y sus acciones una vez en el poder.

Los políticos no cambiaron con la crisis, pero la pregunta ahora es si cambió la sociedad civil, porque resulta preocupante que, ante la conducta que hemos visto en estos 30 días por parte del nuevo gobierno, la sociedad hondureña está sumida en un silencio cómplice. Tomemos el caso del abierto nepotismo que está practicando este gobierno: los medios de comunicación callan; la Comisión Nacional Anticorrupción no opina ni denuncia nada; la Resistencia no habla de otra cosa que de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente; los “camisas blancas” no han dicho una palabra aún y los partidos políticos opositores no abren fuego, pues están todavía de luna de miel con el nuevo gobierno, disfrutando de la repartición de cargos.

Tal vez es temprano aún, pero más grave que la conducta tradicional de los políticos hondureños, sería que la sociedad haya regresado a la indiferencia que siempre la caracterizó. Queda poco tiempo para que la sociedad civil y las instituciones demuestren que no han perdido el ímpetu que tomaron en la crisis de 2009. Ya no hay mucho tiempo para evitar que todos nos apaguemos y volvamos al profundo letargo del que salimos el 28 de junio. No se puede esperar más para que todos los hondureños sigamos luchando contra la impunidad, la corrupción, el nepotismo, el abuso de autoridad, el chamberismo y tantas cosas más. Nos queda poco tiempo para sacar a Honduras de su nefasta “normalidad”. A esa “normalidad” no podemos ni debemos regresar.

10 comentarios:

  1. Hola Margarita, me sorprendió no encontrarte por ningún lado en estos meses, pero me alegra saber que tu salud está mejor y que estas de regreso! Un análisis muy claro de la situación en Honduras. Lamentablemente, la crisis política no sirvió para cambiar actitudes. El regreso al status quo, al chamberismo, a las mismas caras del pasado, y las promesas vacías de cambio y mejor futuro para los hondureños solo proclama a viento en popa que a fin de cuentas la comunidad internacional tenía toda la razón en apoyar a Zelaya: los grupos de poder existen y manejan el país, que el 70 % de hondureños pobres, no tienen representación. Basado en los primeros 30 días de gobierno, todo parece indicar que el gobierno de Porfirio Lobo Sosa, estancara el desarrollo humano, económico, social de los hondureños. Qué futuro les espera a los hondureños? Ojala la resistencia continúe su lucha y que encuentren al líder que les de forma política y voz para hacer todos esos cambios que tanto necesita Honduras, si pareciera que se perdió una oportunidad.

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  2. Gracias Martha por tu comentario. Sin embargo, no creo que la Resistencia sea el agente de cambio que necesitamos en Honduras. Ese agente somos TODOS los hondureños con una nueva cultura y actitud politica. Ojalá no perdamos el momentum que adquirimos en 2009. Todos queremos cambios, tal vez uno y otro bando no estamos de acuerdo en la forma, pero sí queremos un país diferente. Ojalá nos unamos en una misma causa.

    Muchos saludos

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  3. Hola!
    Es increible el cinismo que muestran nuestros supuestos "lideres", esta claro que nuestros politicos desean tanto ostentar el poder para satisfacer sus propias ambiciones y no por el interes en mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, ni por ofrecer soluciones congruentes a los problemas que nos aquejan, es mas, creo que ni siquiera piensan en soluciones o planes, parece que solo escogen un slogan que "suene bien" y se lanzan a la conquista de un puesto.
    La politica en Honduras se ha convertido en el medio facil para mantener el estilo de vida de un monton de titiriteros (claro, los titeres somos nosotros...).

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  4. Felicitaciones Margarita! Un análisis muy lúcido, y un esfuerzo que quizá contradice una de tus conclusiones: que no aprendimos nada y que no cambiamos nada. Sí aprendimos y sí cambiamos cuando hay mujeres que encontraron su voz en esta crisis y continúan haciendo una contribución a este país, aún en medio de dificultades personales.
    Concuerdo con tu desaprobación de los hechos, pero no necesariamente con tu conclusión. Es que estoy convencido de que ningún país se desarrolla por tener un buen gobierno, ni se estanca por no tenerlo. Es la suma de nuestras actitudes individuales hacia el resto de la sociedad, y en particular hacia el trabajo, la que determina nuestro destino como pueblo. El cambio que necesitamos no es de los políticos, ni del gobierno. Ese vendrá por añadidura (aunque no sin esfuerzo). El cambio es individual, es interno. Y por tanto no es tan visible, ciertamente no a tan corto plazo. Todavía hay motivos para tener esperanza, pero aún necesitamos los líderes que nos hablen con franqueza y que tengan la capacidad para llamar a esta generación a ser la que decida tomar un camino diferente. Que se preocupen menos por el gobierno y más por lo que tenemos que hacer -cada uno de nosotros- para buscar un mejor destino para nuestros hijos. Sos uno de esos líderes, Margarita; me alegra que estés de nuevo ofreciendonos tus ideas y tus análisis.

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  5. Gracias Sergio por tu comentario. Indudablemente el cambio lo tendremos que inducir nosotros mismos, no se va a dar fácilmente por iniciativa de nuestra clase politica. Por eso es importante que alcemos nuestra voz, de forma organizada, cuando veamos actitudes y decisiones que debemos ir dejando en el pasado.

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  6. Como taréa nos dejaron leer este blog y Margarita comparto la mayoría de lo que opinas en tu blog, pero hagamos a un lado el corazon y demos paso a la razón creo que después de leer mi corto comentario deducirás que soy netamente cristiano evangélico.
    Mira creo que por mucho que hagamos individualmente o colectivamente nada funcionará ya la biblia nos advierte sobre esto vendrán hombres hábaros adoradores de si mismos que no les importará el dolor ajeno es lo que actualmente acontece en nuestro país te diré que soy apolítico no creo en ninguno de los políticos que hemos tenido que están y que vendrán en un futuro todos los mueve la codicia el poder el enriquecerse de lo ajeno. Lo que actualmente estamos viendo en este gobierno ya se sabía con anticipación solo mira la cara que siempre ha tenido nuestro "presidente" como ha adquirido sus conocimientos creo que la mayoría sabe muy bien de su linaje.
    Margara solo te felicito por tan acertado blog y es realmente penoso que personas sin escrúpulos lleguen al poder.

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  7. Gracias Margarita, por tu comentario sobre la situación política que prevalece en nuestro pais, tan dividido por los eventos del pasado año. En cuanto al comentario de Sergio, siento que muchas empresas que se esfuerzan por prestar servicios profesionales e incluso de vanguardia se ven afectadas por algunas decisiones del gobierno en asuntos como licitaciones para grandes proyectos de infraestructura, compra de medicamentos y creación y producción de material educativo, por nombrar unos pocos ejemplos. Además,nos vemos afectados todos al seguir desaprovechando el potencial que tiene nuestra geología para la energia hidroeléctrica debiendo conformarnos con pagar energía generada por carburantes. A mi parecer el gobierno de un país es un factor crítico, ya que colabora a crear un ambiente propicio para el crecimiento sano de la cultura empresarial, ofreciendo servicios públicos eficientes y alternativas que promuevan el juego limpio al momento de hacer contrataciones y concesiones. Finalmente, gracias por permitirme participar.

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  8. Muchas gracias a todos por sus comentarios. Estoy a la expectativa de lo que suceda hoy viernes en Guatemala en la reunión de Centroamérica, incluyendo Honduras, con Hillary Clinton, cabeza de la diplomacia de los Estados Unidos de América. Una vez analizados los resultados, subiré un análisis sobre la actuación de este gobierno en el ámbito internacional.

    Saludos a todos,

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  9. Honduras por muy pobre que seas siempre te llevaré en mi corazón aquí nací y espero morir aquí. Es doloroso saber todo lo que acontece en nuestro país que todo esto es un ciclo que nunca termina; Margara tu dices que todos somos llamados a poder cambiar este Status Quo que actualmente impera, pienso que hay muchas personas que realmente les molesta lo que está sucediendo que desearían hacer un cambio pero si toman acciones lo tildan de izquierdista revoltoso y peor aun acaban con su vida esa es la nueva ley de siglo XXI acabar con la vida de aquello que estorba es por eso que muchos por no decir cientos mejor se quedan en el gran silencio y como dice la biblia el sabio mira el mal y se aparta.
    Margara lo único que se puede hacer es arrancar el mal de raíz es la única solución para mi querida patria.

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  10. Hace días doy vuelta en mi mente a tu acertado comentario, Margarita, y me asalta una idea, alimento para mi pensamiento y espero, para el de ustedes. Así como el 70% del planeta Tierra se compone de agua, y el 70% del cuerpo humano también, analógicamente, el 70% del dinero con que subsiste el gobierno hondureño es dinero... pero dinero ajeno, prestado, o regalado..... Yo siento que el cambio al que debemos aspirar los hondureños es a tener la dignidad de generar los fondos, al menos, con que les pagamos a nuestros empleados...¿es mucho pedir, Marga? El agua es regalo de Dios, pero el dinero, el dinero es distinto...El dinero viene de la tierra, es el resultado del duro trabajo y de la productividad de quienes lo generan… ¿estamos incapacitados, Marga, a cambiar en el sentido de no depender de naciones amigas para subsistir? ¿Es que no aspiramos a recuperar o al menos a inventarnos una dignidad nacional?

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