martes, 6 de abril de 2010

APUNTES SOBRE LA POLITICA EXTERIOR DEL ACTUAL GOBIERNO

Al igual que en materia de política interna, el gobierno de Lobo Sosa se ha dedicado, desde su primer día en el poder, a restablecer el estado de cosas que prevalecía en la política exterior de Honduras antes de la crisis que estalló en junio.

En sesión televisada de Consejo de Ministros del pasado martes 9 de marzo, el Presidente Porfirio Lobo Sosa, le preguntó a Mario Canahuati, Canciller de la República, qué tan cierto es que un país necesita formar parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) para poder recibir créditos por parte del Banco Interamericano de Desarrollo-BID- y de otros organismos.

La respuesta del Canciller fue vaga. Dijo que estaban investigando, y admitió no tener mayor información al respecto. Pero puntualizó que él creía que sí, que era necesario formar parte del organismo interamericano para obtener financiamiento externo.

La respuesta correcta es no, no es así.

Fue muy revelador, y sobretodo preocupante, constatar que a esas alturas, a cuarenta días de haber ascendido al poder, ni el Presidente de la República, principal responsable de la política exterior del Estado, ni el Canciller, jefe de la diplomacia hondureña, sabían con certeza si Honduras necesitaba reintegrarse a la OEA para tener acceso a fondos de algunas instituciones financieras internacionales.

Sin embargo, a pocas horas después de la toma de posesión del nuevo gobierno, Lobo Sosa había ya hablado por teléfono con José Miguel Insulza, Secretario General de la OEA, para iniciar las gestiones para el retorno de Honduras a dicho organismo, según reveló el mismo Lobo Sosa.

Si el Presidente no tenía información más completa y confirmada para tomar una decisión, ¿por qué entonces procedió a contactar a Insulza apenas entró a Casa Presidencial? ¿Por qué aseguraba insistentemente ante la opinión pública -ahora sabemos que sin conocimiento de causa- que el país necesitaba regresar a dicho organismo “en beneficio del pueblo, que es el que más sufre”?

La respuesta a esa interrogante es sencilla: porque el único criterio en la política exterior del actual gobierno, es restablecer el status quo previo al 28 de junio de 2009. Esta es una realidad que se hace evidente ante los hechos, al margen de nuestra postura particular sobre el retorno de Honduras a la OEA.

Al igual que en materia de política interna, el gobierno de Lobo Sosa se ha dedicado, desde su primer día en el poder, a restablecer el estado de cosas que prevalecía en la política exterior de Honduras antes de la crisis que estalló en junio.


Fin al aislamiento

A raíz de los acontecimientos, ya por todos conocidos, de aquélla fecha, y hasta el 27 de enero de 2010, las relaciones internacionales de Honduras se caracterizaron por el aislamiento al que fue sometido el país. Este aislamiento se dio en dos vertientes: a nivel bilateral, es decir, en las relaciones de Honduras con otros países, y a nivel multilateral, en lo que se refiere a las relaciones de Honduras con organismos internacionales.

La prioridad del gobierno de Porfirio Lobo en materia de política exterior ha sido restablecer las relaciones con todos aquéllos gobiernos y organismos con los que se rompieron o interrumpieron a raíz del la crisis política, sin tomar en cuenta ningún otro criterio decisorio. El objetivo de esta política es claro: recaudar la mayor cantidad posible de cooperación financiera para Honduras. Es decir, dinero.

No hay duda en cuanto a que Honduras debe romper ese aislamiento y restablecer relaciones con países y organismos. Pero este proceso debería de ser sujeto de un análisis individualizado, caso por caso, en el marco del interés nacional de nuestro país. No debería diseñarse la política exterior del Estado en base a un criterio monotemático, especialmente de carácter financiero. Esa es una visión extremadamente reduccionista de las relaciones internacionales del país.

Implícitamente, con esta política, el gobierno de Lobo Sosa busca mantener el “modelo de desarrollo” que se ha aplicado en Honduras en las últimas décadas, basado en la dependencia económica y financiera de fondos reembolsables y no reembolsables. Estos fondos provienen de países como los Estados Unidos y los Estados integrantes de la Unión Europea (UE), entre otros, así como de organismos multilaterales como del BID, el Banco Mundial y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

La cooperación financiera internacional cubre más del 70% del presupuesto nacional, según confiesan las autoridades de la Secretaría de Finanzas y de la Cancillería. En otras palabras, Honduras, al igual que otros países tercermundistas, depende de esos fondos para su funcionamiento como Estado, y sin ellos, no hay forma de cubrir la totalidad de los egresos programados en el presupuesto. No al menos bajo el actual “modelo” de administración pública.

Dicho sea de paso, según ha informado el Secretario de Finanzas, William Chong Wong, en Honduras el 85% del presupuesto nacional se destina a pagar los salarios de los empleados públicos. Habría que desmenuzar más a fondo el argumento esgrimido por el gobierno de que se necesita la cooperación internacional para beneficio de “los más pobres”. Con el dato proporcionado por Chong Wong pareciera más bien que la cooperación internacional se requiere sobre todo para sostener el modelo gubernamental tradicional, basado en el clientelismo político del partido en el poder.

El gobierno de Lobo Sosa ha ignorado las demandas de cambio que ha hecho la opinión pública nacional en la política interna y exterior del país. En cuanto a política exterior, por ejemplo, se hace evidente que no habrá una revisión de carácter administrativo: ¿Necesitamos todas las representaciones diplomáticas que tenemos actualmente? ¿Necesitamos tener la cantidad de personal que actualmente tenemos en cada una de esas Embajadas y Consulados? ¿Cómo se puede frenar la corrupción en los Consulados de los Estados Unidos? Esos problemas de fondo no se están abordando. Son más bien parte de ese status quo que este gobierno busca restablecer y preservar.

Una crisis desperdiciada

Una máxima en la administración es que nunca hay que desperdiciar una buena crisis. Sobre esa premisa, a raíz de la debacle financiera mundial que comenzó en 2008 y que azotó al globo con especial fuerza en 2009, miles de empresas y de instituciones públicas y privadas alrededor del planeta, se han replanteado sus filosofías de trabajo, sus procesos y sus objetivos organizacionales.

Sin embargo, las oportunidades de cambio en política interna y exterior que trajo la crisis interna hondureña de 2009, han sido desperdiciadas por el gobierno de turno. No se han revisado paradigmas, modelos ni estructuras políticas, económicas ni sociales. No hay cuestionamientos, no hay hipótesis, no hay imaginación ni creatividad alguna en el nuevo gabinete ni en el Congreso Nacional. En síntesis, no hay voluntad política para cambios de ningún tipo en el “modelo de desarrollo” del país.

Esta es una gran ironía para un gobierno que llegó al poder vendiendo el “Cambio Ya!”.

A nivel interno, esa ausencia de cambio se hace evidente con la aprobación del reciente “paquetazo”, maquillado con nombres exóticos y rebuscados. Pero en el fondo es más de lo mismo: el “modelo” fiscal se mantiene intacto. Los mismos de siempre pagarán más. Los mismos de siempre seguirán sin pagar. Se acudió a la salida fácil, práctica y de corto plazo para recaudar fondos para cubrir los pagos de salarios a los burócratas del Estado.

Por lo pronto, lo que tenemos entonces servido en la mesa los hondureños es el restablecimiento de un status quo político, económico, social y diplomático, cuyos frutos más sobresalientes han sido una deshonrosa plaza entre los tres países más pobres de América Latina y una aguda crisis política en el 2009, cuyas causas estructurales siguen sin resolverse.

De manera pues que no veremos, no al menos en los próximos cuatro años, cambio alguno, ni en política interna ni en la externa.

Y entonces nos preguntamos:
¿Quo vadis Pepe Lobo?
¿Quo vadis Honduras?

5 comentarios:

  1. Lo peligroso de esto es la desilución que deja el haberse manifestado en favor de la democracia y que esta no responda con la misma fuerza a las esperanzas de cambio que esperabamos. Esta desesperaza traerá un abstencionismo electoral y lo mas peligroso, un deseo ferviente por un mesias que nos lleve a una dictadura. ¿no cree?

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  2. Si, eestoy de acuerdo con usted Jonathan. Por que las manifestaciones del 2009 buscaban cambios: fin a la impunidad; respeto a la ley; freno y castigo a la corrupcion, entre otros.

    Sin embargo, esas demandas han sido ignoradas, hasta ahora, por el nuevo gobierno. No hemos resuelto aún nada después de la grave crisis del 2009. Y eso, como dice usted, es peligroso....

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  3. Excelente articulo Margarita!

    Es un contrasentido, como bien dice usted, el slogan "El cambio ya", a que cambio se referia el Presidente?
    Pero que esperabamos de una persona que no asumio ninguna posicion a lo largo de la crisis politica?, un camaleon que se acomodo de alguna manera para no perder votos ni de unos ni de otros, eso es no tener valores ni valor para expresar lo que realmente se piensa o en lo que se cree.

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  4. Hace días doy vuelta en mi mente a tu acertado comentario, Margarita, y me asalta una idea, alimento para mi pensamiento y espero, para el de ustedes. Así como el 70% del planeta Tierra se compone de agua, y el 70% del cuerpo humano también, analógicamente, el 70% del dinero con que subsiste el gobierno hondureño es dinero... pero dinero ajeno, prestado, o regalado..... Yo siento que el cambio al que debemos aspirar los hondureños es a tener la dignidad de generar los fondos con que les pagamos a nuestros empleados...¿es mucho pedir, Marga? El agua es regalo de Dios, pero el dinero, el dinero es distinto, El dinero viene de la tierra, es el resultado del duro trabajo y de la productividad de los que lo generan… ¿estamos incapacitados, Marga, a cambiar en el sentido de no depender de naciones amigas para subsistir? Es que no aspiramos a recuperar o al menos a inventarnos una dignidad nacional?

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  5. Muy interesante su articulo licenciada, créame que me sirvió mucho en la clase de política exterior, ya que me ayudo mucho a comprender el interés nacional de un estado. Siempre la recuerdo y siempre estoy al tanto de su blog. Felicidades por tan buenos artículos!!...siga escribiendo...

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