lunes, 14 de junio de 2010

LA DEFENESTRACIÓN EN LOS TIEMPOS DEL MUNDIAL

Escrito por: Federico Alvarez

Las cosas que pasan en Honduras no pasan en ningún otro sitio.

Si no se tratara de un tema tan serio, tan delicado y de efectos tan negativos para la vida y la imagen interna y externa del país, el asunto de la defenestración presidencial que ha denunciado nuestro Presidente, podría ser objeto de una tragicomedia del género del realismo mágico.


Veamos un poco el orden de los acontecimientos:


El Presidente Lobo viaja a Miami a promover el país con inversionistas extranjeros y les dice que les garantiza “tranquilidad” para su inversión. Sin embargo, a su regreso da a conocer que existe un complot para dar un golpe de estado en su contra. La noticia circula el mundo entero.

Para declarar algo tan grave una oportunidad de total informalidad y usa un lenguaje distendido y ligero: “…Me quieren fregar”. Tanto así que un conocido líder del Partido Nacional se aventura a decir que se trata de una broma. El Presidente lo contradice después: “Con asuntos del Estado, yo no bromeo”.


Fuera del micrófono, Don Porfirio dice que se trata de tres líderes de su Partido que confabulan contra él. Pero al día siguiente aclara que se trata de un tutti frutti, “hay nacionalistas, liberales y empresarios entre los conspiradores”, declara el mandatario

Al día siguiente, el Presidente dice en tono más serio que es cierto lo que ha afirmado y enojado, lanza graves amenazas a quienes tan peregrinas ideas entretienen.

Dos horas después, el Adelantado de Indias, Ignacio Rupérez, aclara que se trata simplemente de lo que podríamos llamar “una plática de bolos”. Revela que el Presidente le ha dicho que “no hay amenaza real” y “yo le creo”. Luego agrega “La gente habla, la gente toma copas, lo hacemos todos…” y dice que a veces existe “alguna fantasía, alguna ilusión”, para hacer ese tipo de amenazas.

Al respecto Lobo Sosa señala que él explicó al Adelantado que lo que hay son intenciones, pero que se puedan concretar "está como de aquí a Plutón" (como seis mil millones de kilómetros). Sí reafirma que se trata de beodos “asumo yo que hay mucha bebida alcohólica o algo por ahí”.

Surgen enseguida todo tipo de rumores, especulaciones, chismes y, desde luego listas “fidedignas” sobre quienes son esos conspiradores malandrines.

En medio de todo, se pone de manifiesto un profundo malestar del Presidente con la Fiscalía. “Ya días la fiscalía debió iniciar investigaciones al respecto…”. "Lobo no nos ha denunciado tal cosa... y eso es lo primero que debió hacer" responde la Fiscalía.

Al final, a pesar de los pesares, con amenaza de golpe o sin ella, el Presidente viaja a Sudáfrica a ver el primer partido de la Selección Nacional en el Mundial. Ningún designado presidencial quiere sustituirlo en su ausencia, probablemente por miedo al complot.

Lo único que falta saber, es si los golpistas viajaron también al Mundial.

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