Por Margarita M. Montes
En las negociaciones hay varias estrategias que se pueden seleccionar para tratar de alcanzar los objetivos trazados. Una de ellas es la estrategia de competencia, que se resume en “yo gano-tú pierdes”; está también la estrategia de colaboración, en la que ambas partes buscan ganar y alcanzar beneficios mutuos (ganar-ganar). Luego tenemos la de evasión, que consiste en evitar una negociación, pues se cree que no vale la pena entablarla o que se pueden alcanzar los objetivos propios fuera de ella.
Por último, tenemos la estrategia de acomodamiento, que es lo inverso a la de competencia, ya que la de acomodamiento radica en “yo pierdo-tú ganas”. En este caso el negociador cree que el resultado (mantener la relación) es más importante que la sustancia o tema de la negociación.
En otras palabras, el negociador quiere mantener a la otra parte contenta, no poner en peligro la relación, por lo que el negociador está dispuesto a ceder o a hacer sacrificios sustanciales. Esta estrategia busca que con el tiempo, también la otra parte asuma el papel de yo pierdo – tú ganas, de manera que se vayan equilibrando los resultados.
Después los primeros seis meses de gobierno del Presidente Porfirio Lobo Sosa, hemos podido observar sus estrategias de negociación, tanto a nivel interno como internacional.
A nivel nacional, tenemos un caso claro de evasión en lo que se refiere a la negociación del salario mínimo. En vista que los empresarios y trabajadores no se pusieron de acuerdo en un determinado porcentaje de aumento, según la ley hondureña le correspondía al presidente de la República establecer el incremento a aplicarse.
Eso debió haber ocurrido a más tardar el 30 de abril de este año, pero vemos como el presidente, en reiteradas ocasiones, se ha negado a intervenir, pidiéndole insistentemente a las partes en conflicto que se pongan de acuerdo.
Según los expertos en negociación, el uso de la estrategia de evasión demuestra falta de interés en el tema sustantivo- en este caso el salario mínimo- y en la relación con la contraparte, en este caso, empresarios y obreros. Dejo al lector las conclusiones de la actitud asumida por el presidente, más allá que es claramente violatoria de la ley hondureña.
A nivel internacional, vemos dos casos claros del uso de la estrategia de acomodamiento. El primer caso fue la ausencia del presidente Lobo Sosa de la cumbre en Madrid entre los presidentes y jefes de Estado de la Unión Europea y de América Latina.
En vista que los países de Unasur, liderados por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, advirtieron que no asistirían a la cumbre si Lobo Sosa se presentaba, el presidente hondureño decidió unilateralmente no asistir, para no meter en problemas a España, el país anfitrión. A un lado quedaron los derechos y los intereses del Estado de Honduras.
Otro caso es el del reingreso de Honduras a la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que Lobo Sosa ha estado completamente plegado al ritmo y tono marcado por el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza.
Es tan evidente el acomodamiento, que el canciller de Honduras, Mario Canahuati, declaró esta semana en una entrevista televisiva, que Honduras no quería causarle inconvenientes a la OEA, refiriéndose a que Honduras no quiere que se dé una votación entre los 33 integrantes del organismo hemisférico para ser readmitida a la OEA. El temor del presidente y del canciller es que la votación genere discusión y por lo tanto polémica.
Según los expertos en negociación, el problema con el uso y abuso de este tipo de estrategia de acomodamiento, es que puede generar un patrón de ceder constantemente con tal de mantener a la otra parte contenta o de evitar confrontaciones.
Con esto se establece un antecedente que es difícil de romper, que puede llevar a un falso sentimiento de bienestar que viene de la “armonía” de mantener una buena relación, lo cual ignora o hace un lado todas las concesiones que se han hecho.
Un buen ejemplo de este fenómeno que mencionan los expertos, es la actitud que este gobierno ha mostrado con Nicaragua, llegando al colmo cuando el presidente Lobo Sosa y el canciller Canahauti le agradecen pública y constantemente a Daniel Ortega su “colaboración” por la reincorporación de Honduras al SICA. Estas declaraciones se vuelven incomprensibles cuando escuchamos esta semana, de boca del propio Ortega, catalogar de “absurda” y como una “ridiculez” la readmisión de Honduras al organismo regional.
En síntesis, vemos como estos primeros seis meses del gobierno de Lobo Sosa han predominado las estrategias de negociación de evasión y acomodamiento. Vale destacar que ambas tienen en común que son pasivas, poco imaginativas y carentes de alternativas viables.
Ya es hora de ir viendo estrategias más dinámicas y creativas en un gobierno que aún no impresiona a nadie, no al menos dentro de Honduras.
viernes, 23 de julio de 2010
miércoles, 21 de julio de 2010
COMENTARIOS SOBRE EL REGRESO DE HONDURAS A LA OEA
Por: Margarita M. Montes
Como es sabido, desde su toma de posesión, uno de los principales objetivos de Porfirio Lobo Sosa ha sido conseguir el retorno de Honduras a la Organización de Estados Americanos –OEA-. Para mérito suyo, ya está muy próximo a obtenerlo.
Desde un inicio, el argumento que Lobo Sosa esgrimió para buscar la reinserción del país en la OEA, fue que, estando fuera de ella, Honduras no tendría acceso a créditos del Banco Mundial (BM), del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ni del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), entre otros. El argumento es incorrecto.
Ya había comentado en este blog La Honduras Posible, cómo en una reunión de Consejo de Ministros de febrero y transmitido en vivo, Lobo Sosa le había preguntado al Canciller Mario Canahuati, “qué tan cierto” era que sin el retorno a la OEA no había acceso a créditos externos. Canahuati, sin mucha seguridad, contestó que “creía” que era así.
Ese episodio nos hace concluir que la tesis del retorno de Honduras a la OEA estaba mal fundamentada por parte del Presidente y del Canciller. Así lo ha demostrado inclusive el tiempo. Poco a poco, el BM, el BID y el BCIE han ido haciendo millonarios desembolsos al gobierno hondureño, aunque Honduras no haya sido aún readmitida a la OEA. Inclusive hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha visitado ya oficialmente al país.
La reinserción plena de Honduras al Sistema de Integración Centroamericana –SICA es completamente lógica y necesaria. Los lazos históricos, económicos, comerciales, culturales y políticos que nos unen a Centroamérica son indisolubles, y Honduras debe siempre enmarcar su accionar dentro de un bloque de naciones con el que comparte pasado, presente y futuro, sobretodo en el mundo globalizado de hoy. Allí no hay duda.
Pero el retorno al seno de la OEA no es lo mismo. La OEA es un foro hemisférico de carácter político en el que Lobo Sosa dice buscar objetivos económicos. Esos objetivos económicos ya fueron alcanzados, fuera de la OEA, claro está.
En lo político, la OEA ha venido mostrando inoperancia e intrascendencia en los últimos años. Al margen de la postura que tengamos respecto a lo sucedido en Honduras en junio de 2009, analistas de izquierda y derecha señalan la incompetencia de la OEA, especialmente de su Secretario General, José Miguel Insulza, para manejar la crisis hondureña el año pasado.
Cuando Canahuati ha sido cuestionado por los periodistas sobre la insistencia de Lobo Sosa de retornar a la OEA, el Canciller aborda el tema desde un punto de vista emocional: le pide al público que olvide, que perdone, que no guarde rencor. Pero las relaciones internacionales, incluyendo las de Honduras, no son un tema de emociones o rencores. Son un tema de pragmatismo y de interés nacional.
La pregunta del millón es por lo tanto, ¿a qué propósito sirve la reinserción de Honduras en la OEA? No es que me esté oponiendo a la posición del presidente Lobo Sosa, es que aún no encuentro la argumentación sólida y convincente de los motivos que han movido a Lobo Sosa a buscar con tanto ahínco esa aceptación de Honduras en el organismo hemisférico.
Tanta ha sido su lucha, que no ha dudado en asumir el proceso enteramente al ritmo marcado por Insulza. Honduras no ha puesto una sola objeción, una sola condición, un solo pero. Bien ejemplifica esta postura alienante el canciller Canahuati cuando declaró hoy en el programa televisivo “Frente a Frente” que Honduras “no quiere perjudicar a la OEA”, es decir, el Presidente y el Canciller ni siquiera quieren que se produzca una votación sobre el reingreso de Honduras para no generar polémica entre los miembros de la organización.
Es una pena que el conductor de Frente a Frente, Renato Alvarez, no le haya hecho preguntas claves al Canciller, tales como: ¿Cuáles serán los beneficios tangibles e intangibles para Honduras al ser readmitida a la OEA? ¿Qué sucede a nivel político, económico y comercial si Honduras no es readmitida a la OEA?
En síntesis, el Gobierno de Lobo Sosa ha exhibido una postura sorprendentemente pusilánime en el ejercicio de nuestra autodeterminación y soberanía. Porfirio Lobo Sosa más que el máximo jerarca de nuestra de política exterior, ha venido actuando como aquel niño malcriado, que luego de cometer múltiples travesuras, se siente culpable y busca congraciarse con sus padres, mostrando docilidad y obediencia en todo, así lo manden a lavar el auto 10 veces la misma semana.
No se trata de polemizar y armar pleitos en cada acción de nuestra política exterior, pero si se trata de mostrar más fundamentos, más claridad de objetivos, y claro, sobretodo, más dignidad.
Como es sabido, desde su toma de posesión, uno de los principales objetivos de Porfirio Lobo Sosa ha sido conseguir el retorno de Honduras a la Organización de Estados Americanos –OEA-. Para mérito suyo, ya está muy próximo a obtenerlo.
Desde un inicio, el argumento que Lobo Sosa esgrimió para buscar la reinserción del país en la OEA, fue que, estando fuera de ella, Honduras no tendría acceso a créditos del Banco Mundial (BM), del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ni del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), entre otros. El argumento es incorrecto.
Ya había comentado en este blog La Honduras Posible, cómo en una reunión de Consejo de Ministros de febrero y transmitido en vivo, Lobo Sosa le había preguntado al Canciller Mario Canahuati, “qué tan cierto” era que sin el retorno a la OEA no había acceso a créditos externos. Canahuati, sin mucha seguridad, contestó que “creía” que era así.
Ese episodio nos hace concluir que la tesis del retorno de Honduras a la OEA estaba mal fundamentada por parte del Presidente y del Canciller. Así lo ha demostrado inclusive el tiempo. Poco a poco, el BM, el BID y el BCIE han ido haciendo millonarios desembolsos al gobierno hondureño, aunque Honduras no haya sido aún readmitida a la OEA. Inclusive hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha visitado ya oficialmente al país.
La reinserción plena de Honduras al Sistema de Integración Centroamericana –SICA es completamente lógica y necesaria. Los lazos históricos, económicos, comerciales, culturales y políticos que nos unen a Centroamérica son indisolubles, y Honduras debe siempre enmarcar su accionar dentro de un bloque de naciones con el que comparte pasado, presente y futuro, sobretodo en el mundo globalizado de hoy. Allí no hay duda.
Pero el retorno al seno de la OEA no es lo mismo. La OEA es un foro hemisférico de carácter político en el que Lobo Sosa dice buscar objetivos económicos. Esos objetivos económicos ya fueron alcanzados, fuera de la OEA, claro está.
En lo político, la OEA ha venido mostrando inoperancia e intrascendencia en los últimos años. Al margen de la postura que tengamos respecto a lo sucedido en Honduras en junio de 2009, analistas de izquierda y derecha señalan la incompetencia de la OEA, especialmente de su Secretario General, José Miguel Insulza, para manejar la crisis hondureña el año pasado.
Cuando Canahuati ha sido cuestionado por los periodistas sobre la insistencia de Lobo Sosa de retornar a la OEA, el Canciller aborda el tema desde un punto de vista emocional: le pide al público que olvide, que perdone, que no guarde rencor. Pero las relaciones internacionales, incluyendo las de Honduras, no son un tema de emociones o rencores. Son un tema de pragmatismo y de interés nacional.
La pregunta del millón es por lo tanto, ¿a qué propósito sirve la reinserción de Honduras en la OEA? No es que me esté oponiendo a la posición del presidente Lobo Sosa, es que aún no encuentro la argumentación sólida y convincente de los motivos que han movido a Lobo Sosa a buscar con tanto ahínco esa aceptación de Honduras en el organismo hemisférico.
Tanta ha sido su lucha, que no ha dudado en asumir el proceso enteramente al ritmo marcado por Insulza. Honduras no ha puesto una sola objeción, una sola condición, un solo pero. Bien ejemplifica esta postura alienante el canciller Canahuati cuando declaró hoy en el programa televisivo “Frente a Frente” que Honduras “no quiere perjudicar a la OEA”, es decir, el Presidente y el Canciller ni siquiera quieren que se produzca una votación sobre el reingreso de Honduras para no generar polémica entre los miembros de la organización.
Es una pena que el conductor de Frente a Frente, Renato Alvarez, no le haya hecho preguntas claves al Canciller, tales como: ¿Cuáles serán los beneficios tangibles e intangibles para Honduras al ser readmitida a la OEA? ¿Qué sucede a nivel político, económico y comercial si Honduras no es readmitida a la OEA?
En síntesis, el Gobierno de Lobo Sosa ha exhibido una postura sorprendentemente pusilánime en el ejercicio de nuestra autodeterminación y soberanía. Porfirio Lobo Sosa más que el máximo jerarca de nuestra de política exterior, ha venido actuando como aquel niño malcriado, que luego de cometer múltiples travesuras, se siente culpable y busca congraciarse con sus padres, mostrando docilidad y obediencia en todo, así lo manden a lavar el auto 10 veces la misma semana.
No se trata de polemizar y armar pleitos en cada acción de nuestra política exterior, pero si se trata de mostrar más fundamentos, más claridad de objetivos, y claro, sobretodo, más dignidad.
martes, 20 de julio de 2010
"ORTEGA APRIETA Y LA OEA SE MANTIENE EN SILENCIO"
Amigos: he querido subir esta excelente pieza de opinión del Wall Street Journal de esta fecha. Esta es la OEA a la que el presidente Porfirio Lobo y su canciller, Mario Canahuati, quieren reinsertarnos a cómo de lugar.
También, este es el Nicaragua, con el que el gobierno de Honduras está muy "agradecido", por la "colaboración" que está mostrando Daniel Ortega para nuestro regreso a la OEA.
Vegüenza señores! Vergüenza!
Reproduzco íntegro la nota de opinión de Mary Anastasia O´Grady, el cual pueden encontrar en: http://online.wsj.com/article/SB127949212434518365.html
Ortega aprieta y la OEA se mantiene en silencio
Por Mary Anastasia O'Grady
En comentarios a la prensa nicaragüense a mediados de junio, el vicepresidente de Nicaragua, el sandinista Jaime Morales, se congratuló de los planes iraníes de aumentar la cooperación con su país. "Tengo entendido que hay muchos proyectos [iraníes] que están en estudio y en desarrollo" en Nicaragua, dijo Morales. El vicepresidente añadió que "alienta" saber que Teherán tiene la disposición de "acrecentar esa ayuda".
Nicaragua, un país desgarrado violentamente en los años 80 por el apoyo soviético-cubano al líder sandinista Daniel Ortega, ha entrado de nuevo a escena. En esta ocasión, es Irán el país que quiere contar con presencia en el istmo. El régimen islámico está cortejando a Ortega, de nuevo en el poder y decidido a no repetir el error que le costó el puesto hace unos años.
Si bien Ortega parece ansioso de tomar el dinero de Irán, hace tiempo que dejó de depender de los extranjeros para permanecer en la presidencia. Seguro que el presidente nicaragüense recuerda tantas "inversiones" del Kremlin no pudieron competir con unas elecciones libres. Los nicaragüenses echaron a Ortega cuando acudieron a las urnas en 1990. La lección que aprendió el actual presidente es que la clave de una presidencia vitalicia es asegurarse de no permitir de nuevo una elección como esa.
A este objetivo dedica Ortega gran parte de su tiempo en la actualidad. Usando el poder de su presidencia, Ortega está desmantelando sistemáticamente el equilibrio de poderes institucionales que podría frustrar su plan. El diario español El País —que dista mucho de ser una publicación de derecha— se refirió a este tema en un artículo publicado el 6 de julio titulado "Daniel Ortega busca todo el poder". Ortega, escribió el periódico, ha "aplastado la autonomía provincial" con la "destitución irregular de cinco alcaldes y una decena de vicealcaldes y concejales electos, que ha encendido las alarmas en este país centroamericano". El País añadió: "Se trata, según los analistas, de una maniobra para hacerse con el control político y garantizar la permanencia en el Gobierno del ex guerrillero sandinista".
Este es el mismo camino tomado por Venezuela, Ecuador y Bolivia. En estos países se han destruido las libertades civiles; se ha acosado a la prensa y se ha encarcelado a adversarios políticos sin el correspondiente proceso legal.
También familiar es el silencio internacional que rodea a estas acciones antidemocráticas. Es especialmente significativa la incapacidad del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, de apoyar la democracia nicaragüense después del escándalo que armó en Honduras el año pasado. Si bien Estados Unidos emitió un comunicado a finales del año pasado criticando el control del poder de Ortega y desde entonces ha expresado su desaprobación, su respuesta ha sido tímida comparado con los alaridos que dio en Honduras.
La perentoriedad de la crisis constitucional en Nicaragua no es ningún secreto. Hugo Barquero, en la ciudad de Boaco, ha sido el alcalde más reciente en ser destituido. El Concejo Municipal argumentó que la destitución se debía a los malos manejos en la administración municipal. Sin embargo, según El País, no se presentaron informes ni pruebas que lo demostraran. Tan sólo hubo un voto mayoritario seguido de la expulsión con violencia del alcalde por agentes antidisturbios en medio de las protestas. Entre los otros alcaldes también destituidos se encontraba un sandinista que se atrevió a disentir del orteguismo.
Ortega ya controla 105 de las 153 municipalidades del país. Esta mayoría la obtuvo gracias al fraude en las elecciones de 2008 que fue tan flagrante que EE.UU. y la Unión Europea retiraron su ayuda bilateral como protesta. Sus actuales esfuerzos por quitarse de encima a estos alcaldes que lograron imponerse en 2008 es una clara señal de su determinación a eliminar a todos los disidentes.
Igual de preocupante es su asalto a la independencia judicial. Como informé en febrero durante una visita a Managua, Ortega quiere que los jueces del Consejo Supremo Electoral que bendijeron el fraude electoral de 2008 sean reconfirmados. Los congresistas de la oposición se han negado a acatar la reelección del actual consejo, por lo que Ortega ha decretado que se amplíen indefinidamente los mandatos de los jueces.
Ortega también promovió una "votación" ilegal de tres jueces de la Corte Suprema y de tres jueces "suplentes" para levantar la prohibición constitucional a su reelección. Ahora, amenaza con destituir, y reemplazar con otros jueces de su gusto, a los magistrados que se oponen a sus intentos agresivos de usar el poder.
El presidente está participando en un golpe contra la constitución del país. Y aquí es donde entra Insulza. El Artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana de la OEA señala que el Secretario General "podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente" en caso de que haya "una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático". Así que pregunté a su oficina sobre las afirmaciones de la oposición de que Insulza está esperando una invitación del gobierno nicaragüense para hacer algo y por qué no ha invocado el Artículo 20.
Tras reprenderme por hacer esas preguntas, la portavoz de la OEA Patricia Esquenazi me dijo que el secretario general hasta ahora no había considerado que se había producido en Nicaragua una grave alteración del orden democrático. En una carta a la oposición fechada el 17 de mayo, que Esquenazi no quiso entregarme, Insulza manifestó que estaba esperando a que un miembro de la OEA mencionara el tema. Mientras tanto, según su vocera, Insulza está siguiendo la "diplomacia silenciosa". No es de extrañar que ya no se considere seriamente a la OEA como una defensora de la democracia constitucional.
Escriba a O'Grady@wsj.com.
También, este es el Nicaragua, con el que el gobierno de Honduras está muy "agradecido", por la "colaboración" que está mostrando Daniel Ortega para nuestro regreso a la OEA.
Vegüenza señores! Vergüenza!
Reproduzco íntegro la nota de opinión de Mary Anastasia O´Grady, el cual pueden encontrar en: http://online.wsj.com/article/SB127949212434518365.html
Ortega aprieta y la OEA se mantiene en silencio
Por Mary Anastasia O'Grady
En comentarios a la prensa nicaragüense a mediados de junio, el vicepresidente de Nicaragua, el sandinista Jaime Morales, se congratuló de los planes iraníes de aumentar la cooperación con su país. "Tengo entendido que hay muchos proyectos [iraníes] que están en estudio y en desarrollo" en Nicaragua, dijo Morales. El vicepresidente añadió que "alienta" saber que Teherán tiene la disposición de "acrecentar esa ayuda".
Nicaragua, un país desgarrado violentamente en los años 80 por el apoyo soviético-cubano al líder sandinista Daniel Ortega, ha entrado de nuevo a escena. En esta ocasión, es Irán el país que quiere contar con presencia en el istmo. El régimen islámico está cortejando a Ortega, de nuevo en el poder y decidido a no repetir el error que le costó el puesto hace unos años.
Si bien Ortega parece ansioso de tomar el dinero de Irán, hace tiempo que dejó de depender de los extranjeros para permanecer en la presidencia. Seguro que el presidente nicaragüense recuerda tantas "inversiones" del Kremlin no pudieron competir con unas elecciones libres. Los nicaragüenses echaron a Ortega cuando acudieron a las urnas en 1990. La lección que aprendió el actual presidente es que la clave de una presidencia vitalicia es asegurarse de no permitir de nuevo una elección como esa.
A este objetivo dedica Ortega gran parte de su tiempo en la actualidad. Usando el poder de su presidencia, Ortega está desmantelando sistemáticamente el equilibrio de poderes institucionales que podría frustrar su plan. El diario español El País —que dista mucho de ser una publicación de derecha— se refirió a este tema en un artículo publicado el 6 de julio titulado "Daniel Ortega busca todo el poder". Ortega, escribió el periódico, ha "aplastado la autonomía provincial" con la "destitución irregular de cinco alcaldes y una decena de vicealcaldes y concejales electos, que ha encendido las alarmas en este país centroamericano". El País añadió: "Se trata, según los analistas, de una maniobra para hacerse con el control político y garantizar la permanencia en el Gobierno del ex guerrillero sandinista".
Este es el mismo camino tomado por Venezuela, Ecuador y Bolivia. En estos países se han destruido las libertades civiles; se ha acosado a la prensa y se ha encarcelado a adversarios políticos sin el correspondiente proceso legal.
También familiar es el silencio internacional que rodea a estas acciones antidemocráticas. Es especialmente significativa la incapacidad del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, de apoyar la democracia nicaragüense después del escándalo que armó en Honduras el año pasado. Si bien Estados Unidos emitió un comunicado a finales del año pasado criticando el control del poder de Ortega y desde entonces ha expresado su desaprobación, su respuesta ha sido tímida comparado con los alaridos que dio en Honduras.
La perentoriedad de la crisis constitucional en Nicaragua no es ningún secreto. Hugo Barquero, en la ciudad de Boaco, ha sido el alcalde más reciente en ser destituido. El Concejo Municipal argumentó que la destitución se debía a los malos manejos en la administración municipal. Sin embargo, según El País, no se presentaron informes ni pruebas que lo demostraran. Tan sólo hubo un voto mayoritario seguido de la expulsión con violencia del alcalde por agentes antidisturbios en medio de las protestas. Entre los otros alcaldes también destituidos se encontraba un sandinista que se atrevió a disentir del orteguismo.
Ortega ya controla 105 de las 153 municipalidades del país. Esta mayoría la obtuvo gracias al fraude en las elecciones de 2008 que fue tan flagrante que EE.UU. y la Unión Europea retiraron su ayuda bilateral como protesta. Sus actuales esfuerzos por quitarse de encima a estos alcaldes que lograron imponerse en 2008 es una clara señal de su determinación a eliminar a todos los disidentes.
Igual de preocupante es su asalto a la independencia judicial. Como informé en febrero durante una visita a Managua, Ortega quiere que los jueces del Consejo Supremo Electoral que bendijeron el fraude electoral de 2008 sean reconfirmados. Los congresistas de la oposición se han negado a acatar la reelección del actual consejo, por lo que Ortega ha decretado que se amplíen indefinidamente los mandatos de los jueces.
Ortega también promovió una "votación" ilegal de tres jueces de la Corte Suprema y de tres jueces "suplentes" para levantar la prohibición constitucional a su reelección. Ahora, amenaza con destituir, y reemplazar con otros jueces de su gusto, a los magistrados que se oponen a sus intentos agresivos de usar el poder.
El presidente está participando en un golpe contra la constitución del país. Y aquí es donde entra Insulza. El Artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana de la OEA señala que el Secretario General "podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente" en caso de que haya "una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático". Así que pregunté a su oficina sobre las afirmaciones de la oposición de que Insulza está esperando una invitación del gobierno nicaragüense para hacer algo y por qué no ha invocado el Artículo 20.
Tras reprenderme por hacer esas preguntas, la portavoz de la OEA Patricia Esquenazi me dijo que el secretario general hasta ahora no había considerado que se había producido en Nicaragua una grave alteración del orden democrático. En una carta a la oposición fechada el 17 de mayo, que Esquenazi no quiso entregarme, Insulza manifestó que estaba esperando a que un miembro de la OEA mencionara el tema. Mientras tanto, según su vocera, Insulza está siguiendo la "diplomacia silenciosa". No es de extrañar que ya no se considere seriamente a la OEA como una defensora de la democracia constitucional.
Escriba a O'Grady@wsj.com.
jueves, 1 de julio de 2010
NUEVO SITIO DE INTELIGENCIA EMPRESARIAL
Les invito a visitar el nuevo sitio de Inteligencia Empresarial de Estrategia y Negocios, el cual me honro en coordinar. Allí encontrarán, en un solo lugar, la información que necesitan para sus investigaciones, negocios e inversiones en Honduras y toda la región centroamericana. Espero lo disfruten!
https://www.inteligenciaeyn.net/
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lunes, 28 de junio de 2010
PRIMER ANIVERSARIO DEL 28 DE JUNIO
Estimados amigos: a un año de los controversiales acontecimientos del 28 de junio de 2009, les invito a leer el artículo que escribí para Estrategia y Negocios, basado en una entrevista con la abogada Vilma Morales, en las que hizo interesantes revelaciones sobre el proceso de negociación con José Manuel Zelaya Rosales.
http://www.estrategiaynegocios.net/revista/Default.aspx?option=379
http://www.estrategiaynegocios.net/revista/Default.aspx?option=379
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