viernes, 23 de julio de 2010

¿CÓMO NEGOCIA LOBO SOSA ?

Por Margarita M. Montes

En las negociaciones hay varias estrategias que se pueden seleccionar para tratar de alcanzar los objetivos trazados. Una de ellas es la estrategia de competencia, que se resume en “yo gano-tú pierdes”; está también la estrategia de colaboración, en la que ambas partes buscan ganar y alcanzar beneficios mutuos (ganar-ganar). Luego tenemos la de evasión, que consiste en evitar una negociación, pues se cree que no vale la pena entablarla o que se pueden alcanzar los objetivos propios fuera de ella.

Por último, tenemos la estrategia de acomodamiento, que es lo inverso a la de competencia, ya que la de acomodamiento radica en “yo pierdo-tú ganas”. En este caso el negociador cree que el resultado (mantener la relación) es más importante que la sustancia o tema de la negociación.

En otras palabras, el negociador quiere mantener a la otra parte contenta, no poner en peligro la relación, por lo que el negociador está dispuesto a ceder o a hacer sacrificios sustanciales. Esta estrategia busca que con el tiempo, también la otra parte asuma el papel de yo pierdo – tú ganas, de manera que se vayan equilibrando los resultados.

Después los primeros seis meses de gobierno del Presidente Porfirio Lobo Sosa, hemos podido observar sus estrategias de negociación, tanto a nivel interno como internacional.

A nivel nacional, tenemos un caso claro de evasión en lo que se refiere a la negociación del salario mínimo. En vista que los empresarios y trabajadores no se pusieron de acuerdo en un determinado porcentaje de aumento, según la ley hondureña le correspondía al presidente de la República establecer el incremento a aplicarse.

Eso debió haber ocurrido a más tardar el 30 de abril de este año, pero vemos como el presidente, en reiteradas ocasiones, se ha negado a intervenir, pidiéndole insistentemente a las partes en conflicto que se pongan de acuerdo.

Según los expertos en negociación, el uso de la estrategia de evasión demuestra falta de interés en el tema sustantivo- en este caso el salario mínimo- y en la relación con la contraparte, en este caso, empresarios y obreros. Dejo al lector las conclusiones de la actitud asumida por el presidente, más allá que es claramente violatoria de la ley hondureña.

A nivel internacional, vemos dos casos claros del uso de la estrategia de acomodamiento. El primer caso fue la ausencia del presidente Lobo Sosa de la cumbre en Madrid entre los presidentes y jefes de Estado de la Unión Europea y de América Latina.

En vista que los países de Unasur, liderados por el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, advirtieron que no asistirían a la cumbre si Lobo Sosa se presentaba, el presidente hondureño decidió unilateralmente no asistir, para no meter en problemas a España, el país anfitrión. A un lado quedaron los derechos y los intereses del Estado de Honduras.

Otro caso es el del reingreso de Honduras a la Organización de Estados Americanos (OEA), en la que Lobo Sosa ha estado completamente plegado al ritmo y tono marcado por el Secretario General de la OEA, José Miguel Insulza.

Es tan evidente el acomodamiento, que el canciller de Honduras, Mario Canahuati, declaró esta semana en una entrevista televisiva, que Honduras no quería causarle inconvenientes a la OEA, refiriéndose a que Honduras no quiere que se dé una votación entre los 33 integrantes del organismo hemisférico para ser readmitida a la OEA. El temor del presidente y del canciller es que la votación genere discusión y por lo tanto polémica.

Según los expertos en negociación, el problema con el uso y abuso de este tipo de estrategia de acomodamiento, es que puede generar un patrón de ceder constantemente con tal de mantener a la otra parte contenta o de evitar confrontaciones.

Con esto se establece un antecedente que es difícil de romper, que puede llevar a un falso sentimiento de bienestar que viene de la “armonía” de mantener una buena relación, lo cual ignora o hace un lado todas las concesiones que se han hecho.

Un buen ejemplo de este fenómeno que mencionan los expertos, es la actitud que este gobierno ha mostrado con Nicaragua, llegando al colmo cuando el presidente Lobo Sosa y el canciller Canahauti le agradecen pública y constantemente a Daniel Ortega su “colaboración” por la reincorporación de Honduras al SICA. Estas declaraciones se vuelven incomprensibles cuando escuchamos esta semana, de boca del propio Ortega, catalogar de “absurda” y como una “ridiculez” la readmisión de Honduras al organismo regional.

En síntesis, vemos como estos primeros seis meses del gobierno de Lobo Sosa han predominado las estrategias de negociación de evasión y acomodamiento. Vale destacar que ambas tienen en común que son pasivas, poco imaginativas y carentes de alternativas viables.

Ya es hora de ir viendo estrategias más dinámicas y creativas en un gobierno que aún no impresiona a nadie, no al menos dentro de Honduras.

miércoles, 21 de julio de 2010

COMENTARIOS SOBRE EL REGRESO DE HONDURAS A LA OEA

Por: Margarita M. Montes

Como es sabido, desde su toma de posesión, uno de los principales objetivos de Porfirio Lobo Sosa ha sido conseguir el retorno de Honduras a la Organización de Estados Americanos –OEA-. Para mérito suyo, ya está muy próximo a obtenerlo.

Desde un inicio, el argumento que Lobo Sosa esgrimió para buscar la reinserción del país en la OEA, fue que, estando fuera de ella, Honduras no tendría acceso a créditos del Banco Mundial (BM), del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) ni del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), entre otros. El argumento es incorrecto.

Ya había comentado en este blog La Honduras Posible, cómo en una reunión de Consejo de Ministros de febrero y transmitido en vivo, Lobo Sosa le había preguntado al Canciller Mario Canahuati, “qué tan cierto” era que sin el retorno a la OEA no había acceso a créditos externos. Canahuati, sin mucha seguridad, contestó que “creía” que era así.

Ese episodio nos hace concluir que la tesis del retorno de Honduras a la OEA estaba mal fundamentada por parte del Presidente y del Canciller. Así lo ha demostrado inclusive el tiempo. Poco a poco, el BM, el BID y el BCIE han ido haciendo millonarios desembolsos al gobierno hondureño, aunque Honduras no haya sido aún readmitida a la OEA. Inclusive hasta el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha visitado ya oficialmente al país.

La reinserción plena de Honduras al Sistema de Integración Centroamericana –SICA es completamente lógica y necesaria. Los lazos históricos, económicos, comerciales, culturales y políticos que nos unen a Centroamérica son indisolubles, y Honduras debe siempre enmarcar su accionar dentro de un bloque de naciones con el que comparte pasado, presente y futuro, sobretodo en el mundo globalizado de hoy. Allí no hay duda.

Pero el retorno al seno de la OEA no es lo mismo. La OEA es un foro hemisférico de carácter político en el que Lobo Sosa dice buscar objetivos económicos. Esos objetivos económicos ya fueron alcanzados, fuera de la OEA, claro está.

En lo político, la OEA ha venido mostrando inoperancia e intrascendencia en los últimos años. Al margen de la postura que tengamos respecto a lo sucedido en Honduras en junio de 2009, analistas de izquierda y derecha señalan la incompetencia de la OEA, especialmente de su Secretario General, José Miguel Insulza, para manejar la crisis hondureña el año pasado.

Cuando Canahuati ha sido cuestionado por los periodistas sobre la insistencia de Lobo Sosa de retornar a la OEA, el Canciller aborda el tema desde un punto de vista emocional: le pide al público que olvide, que perdone, que no guarde rencor. Pero las relaciones internacionales, incluyendo las de Honduras, no son un tema de emociones o rencores. Son un tema de pragmatismo y de interés nacional.

La pregunta del millón es por lo tanto, ¿a qué propósito sirve la reinserción de Honduras en la OEA? No es que me esté oponiendo a la posición del presidente Lobo Sosa, es que aún no encuentro la argumentación sólida y convincente de los motivos que han movido a Lobo Sosa a buscar con tanto ahínco esa aceptación de Honduras en el organismo hemisférico.

Tanta ha sido su lucha, que no ha dudado en asumir el proceso enteramente al ritmo marcado por Insulza. Honduras no ha puesto una sola objeción, una sola condición, un solo pero. Bien ejemplifica esta postura alienante el canciller Canahuati cuando declaró hoy en el programa televisivo “Frente a Frente” que Honduras “no quiere perjudicar a la OEA”, es decir, el Presidente y el Canciller ni siquiera quieren que se produzca una votación sobre el reingreso de Honduras para no generar polémica entre los miembros de la organización.

Es una pena que el conductor de Frente a Frente, Renato Alvarez, no le haya hecho preguntas claves al Canciller, tales como: ¿Cuáles serán los beneficios tangibles e intangibles para Honduras al ser readmitida a la OEA? ¿Qué sucede a nivel político, económico y comercial si Honduras no es readmitida a la OEA?

En síntesis, el Gobierno de Lobo Sosa ha exhibido una postura sorprendentemente pusilánime en el ejercicio de nuestra autodeterminación y soberanía. Porfirio Lobo Sosa más que el máximo jerarca de nuestra de política exterior, ha venido actuando como aquel niño malcriado, que luego de cometer múltiples travesuras, se siente culpable y busca congraciarse con sus padres, mostrando docilidad y obediencia en todo, así lo manden a lavar el auto 10 veces la misma semana.

No se trata de polemizar y armar pleitos en cada acción de nuestra política exterior, pero si se trata de mostrar más fundamentos, más claridad de objetivos, y claro, sobretodo, más dignidad.

martes, 20 de julio de 2010

"ORTEGA APRIETA Y LA OEA SE MANTIENE EN SILENCIO"

Amigos: he querido subir esta excelente pieza de opinión del Wall Street Journal de esta fecha. Esta es la OEA a la que el presidente Porfirio Lobo y su canciller, Mario Canahuati, quieren reinsertarnos a cómo de lugar.


También, este es el Nicaragua, con el que el gobierno de Honduras está muy "agradecido", por la "colaboración" que está mostrando Daniel Ortega para nuestro regreso a la OEA.

Vegüenza señores! Vergüenza!

Reproduzco íntegro la nota de opinión de Mary Anastasia O´Grady, el cual pueden encontrar en: http://online.wsj.com/article/SB127949212434518365.html


Ortega aprieta y la OEA se mantiene en silencio
Por Mary Anastasia O'Grady


En comentarios a la prensa nicaragüense a mediados de junio, el vicepresidente de Nicaragua, el sandinista Jaime Morales, se congratuló de los planes iraníes de aumentar la cooperación con su país. "Tengo entendido que hay muchos proyectos [iraníes] que están en estudio y en desarrollo" en Nicaragua, dijo Morales. El vicepresidente añadió que "alienta" saber que Teherán tiene la disposición de "acrecentar esa ayuda".

Nicaragua, un país desgarrado violentamente en los años 80 por el apoyo soviético-cubano al líder sandinista Daniel Ortega, ha entrado de nuevo a escena. En esta ocasión, es Irán el país que quiere contar con presencia en el istmo. El régimen islámico está cortejando a Ortega, de nuevo en el poder y decidido a no repetir el error que le costó el puesto hace unos años.

Si bien Ortega parece ansioso de tomar el dinero de Irán, hace tiempo que dejó de depender de los extranjeros para permanecer en la presidencia. Seguro que el presidente nicaragüense recuerda tantas "inversiones" del Kremlin no pudieron competir con unas elecciones libres. Los nicaragüenses echaron a Ortega cuando acudieron a las urnas en 1990. La lección que aprendió el actual presidente es que la clave de una presidencia vitalicia es asegurarse de no permitir de nuevo una elección como esa.

A este objetivo dedica Ortega gran parte de su tiempo en la actualidad. Usando el poder de su presidencia, Ortega está desmantelando sistemáticamente el equilibrio de poderes institucionales que podría frustrar su plan. El diario español El País —que dista mucho de ser una publicación de derecha— se refirió a este tema en un artículo publicado el 6 de julio titulado "Daniel Ortega busca todo el poder". Ortega, escribió el periódico, ha "aplastado la autonomía provincial" con la "destitución irregular de cinco alcaldes y una decena de vicealcaldes y concejales electos, que ha encendido las alarmas en este país centroamericano". El País añadió: "Se trata, según los analistas, de una maniobra para hacerse con el control político y garantizar la permanencia en el Gobierno del ex guerrillero sandinista".

Este es el mismo camino tomado por Venezuela, Ecuador y Bolivia. En estos países se han destruido las libertades civiles; se ha acosado a la prensa y se ha encarcelado a adversarios políticos sin el correspondiente proceso legal.

También familiar es el silencio internacional que rodea a estas acciones antidemocráticas. Es especialmente significativa la incapacidad del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, de apoyar la democracia nicaragüense después del escándalo que armó en Honduras el año pasado. Si bien Estados Unidos emitió un comunicado a finales del año pasado criticando el control del poder de Ortega y desde entonces ha expresado su desaprobación, su respuesta ha sido tímida comparado con los alaridos que dio en Honduras.

La perentoriedad de la crisis constitucional en Nicaragua no es ningún secreto. Hugo Barquero, en la ciudad de Boaco, ha sido el alcalde más reciente en ser destituido. El Concejo Municipal argumentó que la destitución se debía a los malos manejos en la administración municipal. Sin embargo, según El País, no se presentaron informes ni pruebas que lo demostraran. Tan sólo hubo un voto mayoritario seguido de la expulsión con violencia del alcalde por agentes antidisturbios en medio de las protestas. Entre los otros alcaldes también destituidos se encontraba un sandinista que se atrevió a disentir del orteguismo.

Ortega ya controla 105 de las 153 municipalidades del país. Esta mayoría la obtuvo gracias al fraude en las elecciones de 2008 que fue tan flagrante que EE.UU. y la Unión Europea retiraron su ayuda bilateral como protesta. Sus actuales esfuerzos por quitarse de encima a estos alcaldes que lograron imponerse en 2008 es una clara señal de su determinación a eliminar a todos los disidentes.

Igual de preocupante es su asalto a la independencia judicial. Como informé en febrero durante una visita a Managua, Ortega quiere que los jueces del Consejo Supremo Electoral que bendijeron el fraude electoral de 2008 sean reconfirmados. Los congresistas de la oposición se han negado a acatar la reelección del actual consejo, por lo que Ortega ha decretado que se amplíen indefinidamente los mandatos de los jueces.

Ortega también promovió una "votación" ilegal de tres jueces de la Corte Suprema y de tres jueces "suplentes" para levantar la prohibición constitucional a su reelección. Ahora, amenaza con destituir, y reemplazar con otros jueces de su gusto, a los magistrados que se oponen a sus intentos agresivos de usar el poder.

El presidente está participando en un golpe contra la constitución del país. Y aquí es donde entra Insulza. El Artículo 20 de la Carta Democrática Interamericana de la OEA señala que el Secretario General "podrá solicitar la convocatoria inmediata del Consejo Permanente" en caso de que haya "una alteración del orden constitucional que afecte gravemente su orden democrático". Así que pregunté a su oficina sobre las afirmaciones de la oposición de que Insulza está esperando una invitación del gobierno nicaragüense para hacer algo y por qué no ha invocado el Artículo 20.

Tras reprenderme por hacer esas preguntas, la portavoz de la OEA Patricia Esquenazi me dijo que el secretario general hasta ahora no había considerado que se había producido en Nicaragua una grave alteración del orden democrático. En una carta a la oposición fechada el 17 de mayo, que Esquenazi no quiso entregarme, Insulza manifestó que estaba esperando a que un miembro de la OEA mencionara el tema. Mientras tanto, según su vocera, Insulza está siguiendo la "diplomacia silenciosa". No es de extrañar que ya no se considere seriamente a la OEA como una defensora de la democracia constitucional.

Escriba a O'Grady@wsj.com.

jueves, 1 de julio de 2010

NUEVO SITIO DE INTELIGENCIA EMPRESARIAL

Les invito a visitar el nuevo sitio de Inteligencia Empresarial de Estrategia y Negocios, el cual me honro en coordinar. Allí encontrarán, en un solo lugar, la información que necesitan para sus investigaciones, negocios e inversiones en Honduras y toda la región centroamericana. Espero lo disfruten!
https://www.inteligenciaeyn.net/

lunes, 28 de junio de 2010

PRIMER ANIVERSARIO DEL 28 DE JUNIO

Estimados amigos: a un año de los controversiales acontecimientos del 28 de junio de 2009, les invito a leer el artículo que escribí para Estrategia y Negocios, basado en una entrevista con la abogada Vilma Morales, en las que hizo interesantes revelaciones sobre el proceso de negociación con José Manuel Zelaya Rosales.

http://www.estrategiaynegocios.net/revista/Default.aspx?option=379

lunes, 14 de junio de 2010

LA DEFENESTRACIÓN EN LOS TIEMPOS DEL MUNDIAL

Escrito por: Federico Alvarez

Las cosas que pasan en Honduras no pasan en ningún otro sitio.

Si no se tratara de un tema tan serio, tan delicado y de efectos tan negativos para la vida y la imagen interna y externa del país, el asunto de la defenestración presidencial que ha denunciado nuestro Presidente, podría ser objeto de una tragicomedia del género del realismo mágico.


Veamos un poco el orden de los acontecimientos:


El Presidente Lobo viaja a Miami a promover el país con inversionistas extranjeros y les dice que les garantiza “tranquilidad” para su inversión. Sin embargo, a su regreso da a conocer que existe un complot para dar un golpe de estado en su contra. La noticia circula el mundo entero.

Para declarar algo tan grave una oportunidad de total informalidad y usa un lenguaje distendido y ligero: “…Me quieren fregar”. Tanto así que un conocido líder del Partido Nacional se aventura a decir que se trata de una broma. El Presidente lo contradice después: “Con asuntos del Estado, yo no bromeo”.


Fuera del micrófono, Don Porfirio dice que se trata de tres líderes de su Partido que confabulan contra él. Pero al día siguiente aclara que se trata de un tutti frutti, “hay nacionalistas, liberales y empresarios entre los conspiradores”, declara el mandatario

Al día siguiente, el Presidente dice en tono más serio que es cierto lo que ha afirmado y enojado, lanza graves amenazas a quienes tan peregrinas ideas entretienen.

Dos horas después, el Adelantado de Indias, Ignacio Rupérez, aclara que se trata simplemente de lo que podríamos llamar “una plática de bolos”. Revela que el Presidente le ha dicho que “no hay amenaza real” y “yo le creo”. Luego agrega “La gente habla, la gente toma copas, lo hacemos todos…” y dice que a veces existe “alguna fantasía, alguna ilusión”, para hacer ese tipo de amenazas.

Al respecto Lobo Sosa señala que él explicó al Adelantado que lo que hay son intenciones, pero que se puedan concretar "está como de aquí a Plutón" (como seis mil millones de kilómetros). Sí reafirma que se trata de beodos “asumo yo que hay mucha bebida alcohólica o algo por ahí”.

Surgen enseguida todo tipo de rumores, especulaciones, chismes y, desde luego listas “fidedignas” sobre quienes son esos conspiradores malandrines.

En medio de todo, se pone de manifiesto un profundo malestar del Presidente con la Fiscalía. “Ya días la fiscalía debió iniciar investigaciones al respecto…”. "Lobo no nos ha denunciado tal cosa... y eso es lo primero que debió hacer" responde la Fiscalía.

Al final, a pesar de los pesares, con amenaza de golpe o sin ella, el Presidente viaja a Sudáfrica a ver el primer partido de la Selección Nacional en el Mundial. Ningún designado presidencial quiere sustituirlo en su ausencia, probablemente por miedo al complot.

Lo único que falta saber, es si los golpistas viajaron también al Mundial.

domingo, 13 de junio de 2010

LA HINCHADA CATRACHA

Este artículo fue escrito para la revista Estrategia y Negocios y publicado en abril pasado, en el especial del Mundial 2010 de Estrategia y Negocios titulado: “Grandes Beneficios en la Fiesta Mundial del Futbol: Negocio Redondo”, disponible en https://www.inteligenciaeyn.net/public/ver_detalle_producto.asp?id_producto=196

Margarita M. Montes
Si hay alguien que conoce lo que significa “el amor a la camiseta”, además, claro está, de los propios seleccionados nacionales, son los aficionados de Honduras. Su perfil es muy amplio, pues comprende tanto hombres como mujeres, desde niños pequeños hasta ancianos, y desde la clase más pobre hasta la más adinerada del país.

Los aficionados hondureños son más de siete millones de personas y son muy fáciles de identificar: su indumentaria los delata, su entusiasmo es contagioso y sus emociones se desbordan con facilidad. Son las huestes “catrachas” que se mueren de amor por su Selección Nacional y que le dan vida y color a los estadios, calles y restaurantes de Honduras, cada vez que “la H” va a jugar.

Gracias a ellos, son muchas las cosas que cambian cuando Honduras tiene un partido. Son verdaderos enemigos de la normalidad. Los automóviles se visten de azul y blanco, los colores del pabellón nacional; la gente camina por las calles vestida con la camisola del equipo hondureño; los vendedores de gorras, camisetas y banderas están en todas las esquinas y semáforos incitando a los transeúntes a gastar, y los bares y restaurantes se abarrotan desde temprano de clientes ávidos por estar en ambiente cuando se dé el pitazo inicial.

Gerardo Aldana, gerente del restaurante Tony Roma´s de Tegucigalpa, afirma que la afluencia de clientela en el establecimiento se incrementa en un 100% cuando juega la Selección Nacional. “Es toda una fiesta la que se hace en el restaurante” dice Aldana, “ponemos una pantalla gigante, tenemos que alquilar mesas y sillas adicionales y colocamos un toldo en la parte exterior del local para tener mayor capacidad”.

Aldana asegura que para uno de los juegos de Honduras en Sudáfrica que está programado para horas de la mañana, el restaurante, que no abre sino hasta el medio día, está dispuesto a adaptar sus horarios, agregando desayunos a su menú para atraer a los aficionados.

En San Pedro Sula, la segunda ciudad más grande del país, y bastión del equipo hondureño durante la última Hexagonal Final, el fenómeno es igual. Zaidy Pineda, gerente del restaurante Friday´s señala que “las ventas se duplican” cuando juega la Selección Nacional y que el local se les “hace pequeño” para la demanda que enfrentan en esas fechas.

El fenómeno infaliblemente se replica en todas las ciudades y pueblos del país cuando hay partido de la bicolor. Y si Honduras gana, las principales calles y avenidas de las ciudades hondureñas se saturan de automóviles, motocicletas y gente a pie celebrando a lo grande hasta altas horas de la madrugada.

Pero en ningún lugar es la afición catracha tan apasionada como en el estadio cuando Honduras juega de local. La expectativa de los aficionados los hace llenar las graderías desde horas antes del inicio del partido. Por ejemplo, para un juego que inicia a las 7:30 de la noche, los portones del estadio se abren desde las 2:00 de la tarde, y el que no está adentro para las 5 de la tarde, muy probablemente vea el partido de pie o ya no logre entrar del todo.

Nada más emocionante que ver la reacción de la afición catracha cuando su equipo salta al terreno de juego, o mejor aún, cuando marca un gol. Una especie de demencia temporal y colectiva invade las gradas, vestidas completamente de blanco y azul. En esos momentos el dios fútbol hipnotiza a todos hasta el delirio total.

El fútbol es tan sagrado para el hondureño, que ni siquiera durante la grave crisis política que vivió el país en el segundo semestre de 2009, alguien se atrevió siquiera a llevar el tema al estadio, pese a la enorme división que prevalecía a nivel nacional. El apoyo de la afición a su equipo es simplemente inamovible e incondicional.

Pero además de ser una fuente de motivación y un pilar emocional para los jugadores de Honduras, la afición catracha es también una importante fuente del financiamiento que demanda la Selección Nacional para poder llegar a una Copa del Mundo.

El presidente de la Federación Nacional de Futbol de Honduras –FENAFUTH-, Rafael Leonardo Callejas, explica que los fanáticos hondureños contribuyen de forma determinante a las finanzas del equipo, principalmente vía compra de boletos para entrar al estadio y mediante la compra de la camiseta oficial de la Selección Nacional. “El 50% de nuestro presupuesto se financia por medio de los patrocinadores y el otro 50% por medio de la taquilla” afirma Callejas.

Para el caso, cada juego de local en la Hexagonal Final, implicó un ingreso de $526,000 para la FENAFUTH, es decir, un aproximado de $2.6 millones en los cinco juegos de Honduras en casa. Adicionalmente, Callejas señala que “las ventas de la camiseta son francamente sorprendentes, pues llegan a ingresarle a la federación unos $120,000 anuales”.

Al momento de ver estas cifras, hay que tomar en cuenta que Honduras es un país de desarrollo medio, según el índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas, y que tiene un ingreso per cápita muy modesto, apenas superior a los $1,200 anuales. Sin embargo, nadie parece escatimar los gastos cuando se trata de la Selección Nacional.

Muchos inclusive se preparan ya para acompañar a “la H” a Sudáfrica. Si bien el costo promedio de un paquete para asistir a la primera fase del Mundial 2010, el cual incluye boleto aéreo, hospedaje, traslados internos e ingreso a los partidos de Honduras contra Chile, España y Suiza, es de entre los $10,000 y $12,000, las ventas poco a poco van aumentando.

Lida Uclés, gerente de la agencia de viajes Ledk´s Tours de San Pedro Sula, estima que unos 2,000 aficionados catrachos estarán viajando a Sudáfrica. Según explica Uclés, “las agencias de viajes no podemos financiarle al cliente el costo del paquete, pues es muy alto”, pero agrega que varios aficionados estarán cubriendo sus gastos de viaje al Mundial “por medio de préstamos en bancos locales o usando sus tarjetas de crédito”.

No cabe duda que sea donde sea y cueste lo que cueste, siempre habrá afición catracha apoyando a su Selección Nacional, cantando a sus héroes desde las gradas algún estribillo del clásico himno de guerra del hincha catracho:

“Adelante Selección, adelante Selección,
Pongan garra y corazón, entusiasmo y decisión.
Luchen, luchen sin cesar,
con arrojo y con valor,
que al final de la jornada la victoria os habrá de sonreír”.


Gracias a su hinchada, escuchando ese cántico Honduras clasificó a España ´82. Casi treinta años después, con ese mismo cántico, y con esa misma afición siempre fiel, Honduras saltará a la cancha este 16 de junio en Sudáfrica 2010.

martes, 8 de junio de 2010

COMENTARIO DE REINALDO RUEDA

Estimados amigos: ayer le envié al Profesor Reinaldo Rueda, técnico (por mérito) de la Selección Nacional de Honduras, el artículo publicado aquí en mi Blog "EL PODER DEL MERITO", aprovechando que lo conocí personalmente para hacerle una entrevista para la revista Estrategia y Negocios.

Esta mañana recibí un email de él con este mensaje que quiero compartir con todos ustedes, y que le agradezco mucho al profesor Rueda:

APRECIADA MARGARITA

MIS MEJORES DESEOS, MILLONES DE BENDICIONES EN MUY BUENA SALUD ANTES QUE TODO, MUCHAS GRACIAS POR SU DEFERENCIA, EXCELENTE ARTICULO, LO COMPARTIRE CON EL GRUPO DE JUGADORES, YA ESTAMOS A ESCASAS HORAS DE SALIR PARA SUDAFRICA, ESPERANDO QUE DIOS Y LA SANTISIMA VIRGEN NOS BENDIGAN ESTE CAMINO, Y PODER LOGRAR UN BUEN POSICIONAMIENTO PARA NUESTRA QUERIDA HONDURAS, HASTA PRONTO, UN ABRAZO, REINALDO RUEDA RIVERA

¡Adelante Selección! (¡eso lo escibo yo, Margarita Montes!)

sábado, 5 de junio de 2010

EL PODER DEL MERITO

Margarita M. Montes

La clasificación de Honduras por segunda vez en su historia a un Mundial de Fútbol, es un acontecimiento extraordinario para este pequeño y empobrecido país. Independientemente de los resultados que obtenga el equipo en sus tres juegos programados dentro del grupo H en Sudáfrica, su sola presencia entre los 32 mejores equipos nacionales de fútbol del planeta, es ya toda una hazaña.

¿Qué tan excepcional es este logro?
Algunos datos nos pueden ilustrar:

-El Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), mide el desarrollo de un país con base en tres factores de su población: 1) la esperanza de vida al nacer; 2) el ingreso per cápita y, 3) la tasa de alfabetización de los adultos y matrícula de sus habitantes en la escuela primaria, secundaria y en la universidad.

El IDH lo encabezan los países en la categoría de “desarrollo humano muy alto”; en la edición 2009, los primeros cinco son Noruega, Austria, Islandia, Canadá e Irlanda.

En el IDH, Honduras ocupa la posición #112 de un total de 182 países que fueron incluidos en el índice. Nuestro país está ubicado en la categoría de “desarrollo humano medio”, entre Indonesia (#111) y Bolivia (#113).

-Si tomamos el ranking de la FIFA de las selecciones de fútbol de los países asociados, la historia es muy diferente. En el último ranking publicado el 26 de mayo recién pasado, Honduras ocupa la posición #38 entre un total de 202 países, ubicándose al nivel de Suecia, #37 en el ranking de la FIFA (posición 7 en el IDH) y Dinamarca, #39 en el ranking (posición 16 en el IDH).

-Si consideramos la lista de los clasificados al Mundial de Fútbol 2010 y la comparamos con el IDH, veremos que el 50% de las selecciones que estarán presentes en Sudáfrica poseen un nivel de desarrollo humano muy alto y siete selecciones, es decir, un 22% de los participantes, tienen un nivel de desarrollo humano alto .

Seis selecciones mundialistas tienen, junto con Honduras, un nivel de desarrollo humano medio, y únicamente una de las selecciones, Costa de Marfil, tiene un índice de desarrollo humano bajo (posición #163 en el IDH). Vale aclarar que Corea del Norte, quien también estará en la justa mundialista, no figura en el IDH de 2009, por lo que el análisis se basa en 31 selecciones.

En síntesis, casi un 75%, es decir, la tercera parte de los participantes de la edición 2010 de la Copa del Mundo, son países con un nivel muy alto o alto de desarrollo humano, de acuerdo a los parámetros de las Naciones Unidas.

Eso hace de la clasificación de Honduras al Mundial un hecho excepcional, pues se trata de una nación con un nivel de desarrollo inferior al de la mayoría de los participantes.

La pregunta obligada es ¿por qué Honduras tiene una posición tan alta en el ranking mundial de la FIFA y una posición tan baja en el IDH?

La respuesta puede ser muy amplia, sin embargo, hay un factor importante a tomar en cuenta. Ese factor clave es el mérito. La Selección Nacional de Honduras es una organización dirigida e integrada estrictamente en base al mérito técnico de sus miembros.

Sabemos que la FIFA no permite injerencias gubernamentales en federaciones u organizaciones que rigen el fútbol en cada país, sin embargo, para entender mejor el concepto de mérito profesional, hagámonos algunas preguntas: ¿qué pasaría si el director técnico de la Selección Nacional fuera escogido en base a recomendaciones políticas? ¿Qué sucedería si los jugadores de la Selección Nacional fueran activistas políticos, parientes o amigos de los diputados o hijos del presidente?

Si fuera así, ¿tendríamos alguna posibilidad de sobresalir en fútbol a nivel mundial?
La respuesta es obvia: no.

Comparemos el proceso de integración de la Selección Nacional con el de las dependencias gubernamentales en nuestro país. Nuestras instituciones públicas, responsables en gran medida del nivel de desarrollo humano de Honduras, están integradas en la mayoría de los casos, por personal seleccionado en base a criterios políticos, no técnicos.

Para nuestra fortuna, la Selección Nacional no está politizada, y en ella ha imperado la meritocracia, dado que las posiciones se han asignado en base al mérito profesional del técnico y los jugadores. La meritocracia es un elemento esencial en el desarrollo de una sociedad, pues ubica a las personas en los puestos más acordes a su perfil profesional. Desafortunadamente, este es un factor escaso en nuestro país, donde prevalece un desmedido nepotismo y compadrazgo político en las instituciones gubernamentales.

Esta es una de las conclusiones que podemos sacar de nuestra clasificación al Mundial de Sudáfrica: el poder de la meritocracia en Honduras. Si no, sólo imaginemos por un momento ¿qué pasaría si en nuestro país seleccionáramos a los funcionarios públicos de acuerdo al mérito, comenzando por el Presidente de la República y llegando hasta los burócratas en las oficinas gubernamentales?

Bajo esas condiciones, ¿qué lugar podría llegar a ocupar Honduras en el IDH? Probablemente uno mucho mejor que el 112 que tenemos en la actualidad.

Suerte Honduras. ¡Adelante Selección!

miércoles, 28 de abril de 2010

EE.UU. vs Suecia

Estimados amigos: he querido subir al blog este interesante análisis por dos motivos:

1. Estimula la discusión sobre la teoria y la práctica en la aplicación de ideologías y modelos económicos, lo cual será siempre un tema vigente en cualquier parte del mundo

2. Provoca preguntas a aplicar en el caso de Honduras y de América Latina.

El artículo es extenso, pero muy útil para el análisis académico y político.

Lo bajé del sitio de Estrategia y Negocios:

http://www.estrategiaynegocios.net/valoragregado/Default.aspx?option=9745


Por: Javier Argüello Lacayo,
miércoles, 28 de abril de 2010

EE.UU vs. Suecia
Hoy, el socialismo sueco es más capitalista y republicano que el modelo estadounidense que dejó la era Bush.


El vicio inherente del capitalismo es la inequidad en el reparto de las bendiciones, la virtud inherente del socialismo es el reparto equitativo de las miserias."

Winston Churchill



La oposición política estadounidense expresa, cada vez más alto y violentamente, cómo el progreso de Estados Unidos está siendo amenazado por las “políticas socialistas” de Barack Obama, quien aspira, a juicio de sus opositores, a “secuestrar, centralizar y estatizar” importantes componentes de la economía.

Grupos conservadores lo comparan con Stalin, Lenin y Marx. Temen que Obama convierta a Estados Unidos en uno de los modelos “fracasados” –a juicio de sus oponentes– de países europeos, en particular de los nórdicos. El sueco es frecuentemente descripto como uno de los “modelos peligrosos” que inspiran a Obama.

En los primeros doce meses, se acusa a su gobierno de haber secuestrado la industria automotriz, financiera y bancaria. Y, además, de haber forzado el control absoluto del sistema de salud. También argumentan que Obama alimenta el odio en contra de Estados Unidos por admitir errores de la política exterior de su país.

La virulencia de los opositores llega a tal punto que surgieron grupos que oran públicamente “por la muerte de Obama”. Quienes apelan a estos extremos lo acusan de cometer un “pecado mortal” en la política económica –robar libertades económicas e individuales (lo cual es sagrado en Estados Unidos) – mientras incrementa el gasto público, lo cual hipoteca el futuro del país, aseguran.

Pocas veces en la historia se ha visto una oposición tan enfurecida y masiva produciendo un país altamente polarizado.


¿De qué principios hablamos?

Frente a este escenario, vale la pena repasar brevemente los principios republicanos que impulsan este movimiento. El partido Republicano tuvo su auge con el presidente Ronald Reagan. En un debate de campaña presidencial en 1979, cautivó al público cuando declaró “el gobierno es el problema”, enfatizando que el mercado era la solución.

Este partido está supuesto a representar los valores del capitalismo y la libertad económica; la autosuficiencia; la igualdad de los derechos, oportunidades y justicia; la libre expresión; el espíritu emprendedor; y sobre todo la responsabilidad fiscal, la cual debe coexistir con una baja tasa de impuestos.

En cuanto a la política exterior, los republicanos promueven la intervención por la paz, la democracia, la libertad y los derechos humanos.

Durante su apogeo, el partido Republicano tuvo un impacto enorme en las mentes y corazones de los latinoamericanos, en particular de la generación que hoy está en la cima de su carrera: la que nació en las décadas de los 50’s y 60’s. Aunque algunos coquetearon con el socialismo, finalmente se sintieron traicionados e ingenuos.

La generación previa, que nació en los años 30 y 40’s, evidenció el ascenso moral y económico de Estados Unidos, con el mundo admirando su progreso y buscando emularlo.

La admiración fue menos universal para la siguiente generación. Las guerras de Corea y Vietnam, junto con una serie de golpes de estado a lo largo de Latinoamérica –auspiciados abiertamente por la CIA– para remplazar gobiernos democráticos con dictadores militares alineados a la política exterior imperante entonces en Estados Unidos, desprestigió la retórica moralista y capitalista, demostrando supremacía militar corrupta.

El presidente Eisenhower advirtió, en 1952, de los peligros de crear un complejo militar indomable. La generación de los 50’s y 60’s latinoamericana vivió estos peligros ya que creció bajo regímenes militares opresivos y corruptos financiados por Estados Unidos.

Resentidos con el abuso del poder militar estadounidense y buscando alternativas, aquella generación fue seducida por movimientos hippies y utópicos, que buscaban respeto a las libertades individuales, paz y justicia social. Muchos se enamoraron, entonces, del socialismo.

Los intelectuales de derecha tildaron a estos de “tontos útiles” por promover ideologías que poseían nobleza teórica pero luego producían catástrofes económicas a todos los segmentos de la población.

En los 70’s muchos de esta generación, graduados universitarios, rechazaron el capitalismo para convertirse en revolucionarios y apoyar movimientos socialistas en sus países. Sin embargo, la decepción no les tardó en llegar: por los resultados obtenidos, y probablemente sintiéndose algo usados por su ingenuidad intelectual, los “tontos útiles” quedaron convencidos de rechazar firmemente cualquier ideología que tuviera rasgos de socialismo.


Así, en una vuelta de tuerca ideológica, volvieron a abrazar firmemente el libre mercado, representado por el capitalismo e identificado con el partido Republicano. Se despidieron de su década hippie, guardando esta como parte de una juventud idealista, de mucho corazón y poca mente. El engaño los hizo madurar y esa madurez incluyó la entronización de “la autosuficiencia”.

La lección internalizada fue la siguiente: el socialismo es la imposición gubernamental, bajo un sistema en el cual el Estado toma control sobre los factores de producción de una economía, provocando que el sistema se degrade hasta provocar su colapso. Por el contrario, la competencia provoca la innovación y reduce los precios, mientras que su ausencia produce lo opuesto.

En la mente de muchos estadounidenses, Obama representa el socialismo –para quienes fueron parte de la generación de “tontos útiles”, esto es un fracaso comprobado en Latinoamérica. Rusia demostró por décadas que el socialismo no funciona y Estados Unidos demostró al mundo, bajo la presidencia de Reagan, que el capitalismo lo derrotó y es la solución.

¿Por qué teniendo una victoria tan contundente e histórica contra el socialismo, Estados Unidos se atrevería a aplicar políticas económicas fracasadas a su fórmula exitosa?

La respuesta es que el capitalismo se ha deformado y está bastante enfermo. Se ha transformado en un modelo que socializa los riesgos y privatiza los retornos. Se ha vuelto un juego sucio y corrupto donde pocos actores dominan sus industrias y velan por favores políticos que previenen la competencia que caracteriza el libre mercado.

Probablemente, el liderazgo político del capitalismo abusó de esa enorme base de creyentes ciegos que generó y ahora es ese liderazgo –no los socialistas– quien los usa de tontos útiles.

La generación de latinos en la cima de su carrera no la ha tenido fácil, han sido tontos útiles de la izquierda, pero también de la derecha. En gran parte, esto explica la polarización política latinoamericana.


La generación de los tontos útiles tiende a creer que los republicanos representan el capitalismo y que Obama representa el socialismo. Ojalá fuera este el caso. Los próximos párrafos separan la realidad económica de la retórica política para ver que hay detrás del disfraz ideológico.

En efecto, a continuación se presenta una comparación entre el socialismo sueco y el capitalismo estadounidense, evidenciando la ausencia del capitalismo y las consecuencias negativas de sus sustitutos.

Como los indicadores económicos demuestran, Estados Unidos, y los republicanos en particular, son mas socialistas de lo que la población piensa, y los suecos son más competitivos de lo que las caricaturas (noticias partidarias) estadounidenses reflejan.


Realidades y retos

El nivel de socialismo de un país se puede medir en términos de la importancia que tiene el gobierno en su economía. Entre más estatiza y excluye al sector privado de la economía, mayor su representación. Se esperaría que el gobierno de Suecia tuviera un porcentaje significativamente superior al de Estados Unidos. Comparando el último año del gobierno de George W. Bush, el tamaño del gobierno de Estados Unidos representaba un 25% de la economía, mientras que el gobierno sueco representa un 29% y el gasto público por ciudadano es un 9% mayor en Suecia.

Ambos están lejos de la utopía capitalista o del desastre socialista que se advierte enfáticamente. Incluso, Suecia usualmente no gasta lo que no tiene, mientras que Estados Unidos vive con déficit presupuestario, asumiendo que puede prestar sin límite porque su moneda es el estándar global y por ende su economía es indestructible.

La deuda pública de Estados Unidos es casi el doble de la sueca (en proporción a su economía) y sostiene un déficit significativo en su comercio exterior, mientras que Suecia cuenta con superávit. Pero, dada la enorme variación en la direccionalidad del gasto (en Estados Unidos, es hacia el sector militar y en Suecia, hacia el social), los resultados son muy distintos.

El desempleo es actualmente alto en ambos países, un poco mayor en Estados Unidos que en Suecia. Ahora, a pesar de producir un ingreso per cápita ligeramente menor, los suecos sostienen una tasa de ahorro seis veces superior a la de los estadounidenses (7,8% vs.1,2%, sobre datos de 2008), lo cual es imprudente para su nivel de riqueza. Era casi 11% en 1982 .

El porcentaje de personas que viven en pobreza en Estados Unidos (13%) es más del doble que en Suecia

(6%). ¿Cómo puede ser más alto el ingreso de Estados Unidos junto con la pobreza y la menor tasa de ahorro? Esta paradoja se explica con la distribución de la riqueza.


Inequidad y prosperidad

Una de las formas de medir el grado de inequidad de un país es a través del coeficiente de Gini, el cual genera un puntaje entre 1 y 0, donde 0 se corresponde con la perfecta igualdad (todos tienen los mismos ingresos) y 1 se corresponde con la perfecta desigualdad (una persona tiene todos los ingresos y los demás ninguno).

Cabe aclarar que mucha equidad en una sociedad es indeseable y la inequidad es necesaria para el desarrollo, pero insostenible en sus extremos, especialmente para un país desarrollado. Extremos de equidad o desigualdad son peligrosos. Mucha equidad elimina el espíritu emprendedor, que es vital para una economía, mientras que mucha inequidad tiende a crear corrupción en el sistema y limitar el crecimiento de la economía. El primero es el riesgo que tiene Suecia mientras que el segundo es el riesgo de Estados Unidos.

Latinoamérica es la región con mayor inequidad del mundo (provocando inestabilidad política, secuestros, crimen, etc.) y Estados Unidos tiene una tasa similar a la de Venezuela, México, Brasil y Ecuador.

No existe un país tan rico con tanta inequidad como Estados Unidos, la cual surgió desde los 80’s. Hoy en día, el 1% más rico representa el 40% de los ingresos nacionales, devengando en promedio un ingreso casi 200 veces superior al promedio del país (era 131 en 1983).

El salario promedio, en precios constantes, no ha tenido incremento en las últimas tres décadas. Durante las épocas de mayor crecimiento económico en Estados Unidos, la tasa de ahorro oscilaba por un 10% y la concentración de riqueza del 1% más rico del país era menos de la mitad de la actual, habiendo una correlación alta y negativa entre el nivel de ahorro y la concentración de riqueza.

La última vez que la inequidad en Estados Unidos llegó al extremo actual provocó la especulación, burbuja financiera y crisis de la Gran Depresión. Este no es un argumento en contra de la riqueza o de los ricos, como suele ser el argumento retrograda populista. Más bien, es en contra del secuestro del capitalismo y la democracia a través de la concentración de poder económico ya que reduce o amenaza el progreso económico del país.


¿Educados o armados?


Durante el último año de la presidencia de George W. Bush, Estados Unidos gastó US$39millones en educación, lo cual representa US$520 por estudiante o el 1,3% del presupuesto de Estados Unidos.

El gasto militar fue de aproximadamente US$3.600 per cápita –tomando en cuenta los gastos directos e indirectos.


En comparación, Suecia invierte un 14% de su presupuesto en educación, reflejando un gasto aproximado de US$3.700 por estudiante –más de siete veces el promedio estadounidense en educación pero muy similar a lo que gasta Estados Unidos en defensa por ciudadano. El gasto militar de Suecia es de US$680 per cápita, similar al gasto de educación de Estados Unidos.


Las prioridades de cada gobierno están claras: Suecia educa a sus ciudadanos mientras Estados Unidos arma (a sus contratistas). Consecuentemente, Estados Unidos obtiene ranking tercermundista en el índice de paz (ocupando el puesto 83) mientras que Suecia ocupa el sexto lugar.

Suecia aplica un modelo estatista a su educación, siendo obligatoria la educación hasta los 16 años. Irónicamente, la revista The Economist, la cual aboga por el libre mercado, clasifica el sistema educacional sueco como “revolucionario” en su aplicación del libre mercado y modelo de privatización, siendo uno de los más innovadores y avanzados del mundo . En este caso, el sistema estatista permite y fomenta la competencia exitosamente desde 1992.


La prueba está en los resultados. Los estudiantes suecos de secundaria obtienen el primer lugar en el mundo en ciencias y el segundo en matemáticas, comparado con los puestos 24 y 25, respectivamente para los estudiantes estadounidenses, conforme a datos de la OCDE, correspondientes a 2008.

Mientras Suecia educa su futuro, lo cual representa la productividad de su economía, Estados Unidos opta por engrandecer su dominio militar. Difícilmente se podría tildar de fiscalmente responsable o capitalista un gasto militar deficitario y creciente.


Encarcelados


Estados Unidos tiene la tasa de encarcelados más alta del planeta, con 728 de cada 100.000, lo cual es seis veces el promedio de los países desarrollados y 11 veces el promedio de Suecia.

Durante los últimos 25 años, la población de encarcelados en los Estados Unidos ha crecido 274%, a 2,3 millones en 2008, según un estudio publicado por el Centro de Investigación Pew, en Washington DC. Este crecimiento ha provocado un gasto récord de US$51.700 millones -un promedio de US$29.000 anuales por prisionero.

En Estados Unidos se invierte 30% más en 2,3 millones de criminales que en sus 75 millones de estudiantes. El crecimiento explosivo en el número de encarcelados se inició en los 80’s cuando el presidente Reagan lanzó su guerra contra las drogas, lo cual varias décadas de evidencia demostraron que no es más que un canal para la venta de armas. Nunca se acompañó esa política con inversiones destinadas a reducir la demanda de drogas, a través de la rehabilitación y la prevención del consumo.


Durante la última década, el costo por encarcelado se ha incrementado un 50% en Estados Unidos, otro ejemplo de socialismo corrupto con máscara de capitalismo.

En el caso de Suecia, el abuso de drogas también ha fomentado el crimen y representa un porcentaje importante de las encarcelaciones, al igual que el alto flujo de emigrantes que el país ha recibido. Pero, han recurrido a la modernización del Código Penal y a la innovación tecnológica para reducir costos operativos de las cárceles por un 20%.


Puertas afuera

La contradicción en el modelo operativo de la ayuda externa de Estados Unidos es tan obvia como lo es desconocida, lo cual es irónico y triste.

Entre los problemas principales de la ayuda externa esta la planificación centralizada (estilo comunista) bajo la cual el Departamento de Estado decide exactamente qué receta le brindará a cada país que elige para una donación.

Luego, usualmente a través de Usaid, se le pide a sus “socios comerciales” que “liciten abiertamente” para

obtener estos contratos. Los contratistas buscan como incrementar su probabilidad de “complacer al donante” reclutando agresivamente al personal de Usaid.

La innovación o creatividad de parte del contratista es un riesgo a este proceso rígido. Luego, el país pobre, recipiente de la supuesta ayuda, es notificado de sus necesidades y su remedio.


Llega un grupo de consultores internacionales enviados por el contratista y en representación de las utilidades del contratista para “implementar la solución.”

Escasamente se contrata pensamiento local para diseñar el proyecto ni se permite modificar el plan ya que el autodescubrimiento e innovación del capitalismo no son necesarios para el tipo de desarrollo económico que se promueve. La elección de países para ayudar es basada en los intereses geopolíticos militares que usualmente cuentan con gobiernos corruptos y autocráticos. A la vez, la ayuda es atada –condicionada– a comparar los servicios y productos estadounidenses.


Los Estados Unidos no han podido reformar este modelo operativo porque está completamente secuestrado por intereses políticos y económicos que se han creado a su alrededor en las últimas seis décadas. Los países escandinavos, Suecia en particular, se han separado de este modelo y ofrecen ayuda incondicional que incorpora las necesidades y el pensamiento de los países donatarios.

Tampoco permiten que la ayuda externa la defina su equivalente al Departamento de Estado ya que este la usa con fines político. En vez, han elevado la importancia y autonomía de la ayuda a nivel de ministerio. Difícilmente podrán cambiar a los grandes donantes, pero definitivamente representan un modelo operativo superior y deseable para Latinoamérica.



Conclusión


Suecia tiene miles de retos en particular como recuperar la ambición laboral y empresarial. En parte se debe a la falta de desigualdad, altas tasas de impuestos y comodidad relativa de una vida ociosa que su sistema provee muy fácilmente. Pero no es la amenaza que pintan los medios en Estados Unidos para evadir la introspección que es mucho más amenazante.


Los políticos pueden mentir, pero las cifras no. ¿Entonces, cómo se explica que un país que supuestamente representa la prosperidad del capitalismo ahorre menos, deba más, tenga mayor tasa de pobreza y desempleo que un país socialista?


La realidad es que Estados Unidos tiene tres décadas de traicionar al capitalismo democrático, gradualmente gobernando a favor del 1% que financia las elecciones y tiene comprada la lealtad de los políticos con el cabildeo.


Los síntomas de la corrupción de la cúpula económica y política son cada vez más evidentes. Los problemas más graves de Estados Unidos no son partidarios como el 1% quiere que el resto piense.

Para ocultar la corrupción, los medios de comunicación buscan una nueva generación de “tontos útiles”, polarizando la población con cuentos chinos que ofuscan.


La libertad de los medios de comunicación, considerada sagrada en Estados Unidos, ha caído al veintavo puesto mientras la Sueca ha surgido al primer lugar.

La población aún no asume que Estados Unidos posee una mezcla rara entre un “socialismo sin beneficios sociales” y un “capitalismo subsidiado”. En efecto, el gasto público del país es excesivo y no beneficia a la población. Más del 50% del presupuesto se gasta ineficientemente en salud y exageradamente en defensa.


Los que se oponen y acusan a los demócratas de socialistas son los tontos más útiles del sistema.

¿Dónde estaban los anti-socialistas cuando el partido de la responsabilidad fiscal y el libre mercado produjo US$2,3 trillones en déficit presupuestario, de 1981-1992?

George W. Bush heredó un superávit y lo convirtió en un déficit inmediatamente. No rechazó un solo gasto en sus primeros cinco años, creando el incremento en gastos discrecionales más alto en los últimos 40 años, mientras redujo sus ingresos tributarios . Esto incluyo la socialización de la medicina, cuando aprobó el Medicare Bill que subsidia los costos de las subscripciones y represento un gasto de US$1,2 trillones.


¿Dónde estaban cuando los cabilderos que influyen al Congreso pasaron de 16.000 (en año 2.000) a 70.000, cuando concluyó la era Bush?


¿Dónde estaban cuando se les engañó sobre una amenaza falsa en Iraq para provocar una invasión que se prometió costaría US$50.000 millones y costará al país entre US$2,5 y US$3,5 trillones ? ¿Cuándo se invadió su privacidad bajo la excusa de seguridad nacional con el Patriot Act?


¿Cuándo asumirán estos tontos útiles que el partido que representaba los valores de libre mercado está secuestrado, y de nada sirve culpar al otro partido que está igual de secuestrado?

El cáncer del capitalismo no está contenido en el órgano demócrata, es universal y no entrará en remisión si la población no acepta la metástasis para aplicar radiación completa.


Las políticas de ambos partidos han sido secuestradas por el cabildeo agrícola (proteccionismo socializa la producción); el cabildeo bancario (crisis financiera socializó las pérdidas); el complejo militar industrial (vende las armas que amenazan al país y promueve guerras innecesarias); la ayuda externa (ejemplifica el comunismo con su planificación centralizada, la cual es distribuida de forma corrupta y perversa por un cartel con fin de lucro, sin monitoreo ni auditoría independiente); una población menos competitiva (mentalmente menos educada e ideológicamente más radical, polarizada, desconectada de la realidad y relativamente ignorante de los eventos mundiales) y medios de comunicación comprados y partidarios.


El reto inmediato es el endeudamiento insostenible de todos los sectores de la economía. El reciente ascenso económico (recuperación después de la crisis) confrontará la realidad de esta deuda pronto. Inevitablemente, provocará una caída en la Bolsa y posiblemente tenga efectos deflacionarios.


El optimismo estadounidense cree que la lección de Japón no aplica en este caso –a pesar de que la burbuja japonesa era menor a la norteamericana y sus ciudadanos disponían de altas tasas de ahorro.



1 -Bureau of Economic Analysis: National Income Accounts, Table 2.1 (Gobierno de EEUU)

2-The Economist, “Making Money from Schools: The Swedish Model” (Junio 2008)

3-Centro de Investigacion Pew – Marzo 2, 2009 (publicado por Reuters)

4-Gobierno de EEUU: Presupuesto Federal del 2001 al 2008

5-Washington Post, 2008

6 -Estimado de la oficina del Presupuesto Federal de EEUU (CBO)

martes, 6 de abril de 2010

APUNTES SOBRE LA POLITICA EXTERIOR DEL ACTUAL GOBIERNO

Al igual que en materia de política interna, el gobierno de Lobo Sosa se ha dedicado, desde su primer día en el poder, a restablecer el estado de cosas que prevalecía en la política exterior de Honduras antes de la crisis que estalló en junio.

En sesión televisada de Consejo de Ministros del pasado martes 9 de marzo, el Presidente Porfirio Lobo Sosa, le preguntó a Mario Canahuati, Canciller de la República, qué tan cierto es que un país necesita formar parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) para poder recibir créditos por parte del Banco Interamericano de Desarrollo-BID- y de otros organismos.

La respuesta del Canciller fue vaga. Dijo que estaban investigando, y admitió no tener mayor información al respecto. Pero puntualizó que él creía que sí, que era necesario formar parte del organismo interamericano para obtener financiamiento externo.

La respuesta correcta es no, no es así.

Fue muy revelador, y sobretodo preocupante, constatar que a esas alturas, a cuarenta días de haber ascendido al poder, ni el Presidente de la República, principal responsable de la política exterior del Estado, ni el Canciller, jefe de la diplomacia hondureña, sabían con certeza si Honduras necesitaba reintegrarse a la OEA para tener acceso a fondos de algunas instituciones financieras internacionales.

Sin embargo, a pocas horas después de la toma de posesión del nuevo gobierno, Lobo Sosa había ya hablado por teléfono con José Miguel Insulza, Secretario General de la OEA, para iniciar las gestiones para el retorno de Honduras a dicho organismo, según reveló el mismo Lobo Sosa.

Si el Presidente no tenía información más completa y confirmada para tomar una decisión, ¿por qué entonces procedió a contactar a Insulza apenas entró a Casa Presidencial? ¿Por qué aseguraba insistentemente ante la opinión pública -ahora sabemos que sin conocimiento de causa- que el país necesitaba regresar a dicho organismo “en beneficio del pueblo, que es el que más sufre”?

La respuesta a esa interrogante es sencilla: porque el único criterio en la política exterior del actual gobierno, es restablecer el status quo previo al 28 de junio de 2009. Esta es una realidad que se hace evidente ante los hechos, al margen de nuestra postura particular sobre el retorno de Honduras a la OEA.

Al igual que en materia de política interna, el gobierno de Lobo Sosa se ha dedicado, desde su primer día en el poder, a restablecer el estado de cosas que prevalecía en la política exterior de Honduras antes de la crisis que estalló en junio.


Fin al aislamiento

A raíz de los acontecimientos, ya por todos conocidos, de aquélla fecha, y hasta el 27 de enero de 2010, las relaciones internacionales de Honduras se caracterizaron por el aislamiento al que fue sometido el país. Este aislamiento se dio en dos vertientes: a nivel bilateral, es decir, en las relaciones de Honduras con otros países, y a nivel multilateral, en lo que se refiere a las relaciones de Honduras con organismos internacionales.

La prioridad del gobierno de Porfirio Lobo en materia de política exterior ha sido restablecer las relaciones con todos aquéllos gobiernos y organismos con los que se rompieron o interrumpieron a raíz del la crisis política, sin tomar en cuenta ningún otro criterio decisorio. El objetivo de esta política es claro: recaudar la mayor cantidad posible de cooperación financiera para Honduras. Es decir, dinero.

No hay duda en cuanto a que Honduras debe romper ese aislamiento y restablecer relaciones con países y organismos. Pero este proceso debería de ser sujeto de un análisis individualizado, caso por caso, en el marco del interés nacional de nuestro país. No debería diseñarse la política exterior del Estado en base a un criterio monotemático, especialmente de carácter financiero. Esa es una visión extremadamente reduccionista de las relaciones internacionales del país.

Implícitamente, con esta política, el gobierno de Lobo Sosa busca mantener el “modelo de desarrollo” que se ha aplicado en Honduras en las últimas décadas, basado en la dependencia económica y financiera de fondos reembolsables y no reembolsables. Estos fondos provienen de países como los Estados Unidos y los Estados integrantes de la Unión Europea (UE), entre otros, así como de organismos multilaterales como del BID, el Banco Mundial y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).

La cooperación financiera internacional cubre más del 70% del presupuesto nacional, según confiesan las autoridades de la Secretaría de Finanzas y de la Cancillería. En otras palabras, Honduras, al igual que otros países tercermundistas, depende de esos fondos para su funcionamiento como Estado, y sin ellos, no hay forma de cubrir la totalidad de los egresos programados en el presupuesto. No al menos bajo el actual “modelo” de administración pública.

Dicho sea de paso, según ha informado el Secretario de Finanzas, William Chong Wong, en Honduras el 85% del presupuesto nacional se destina a pagar los salarios de los empleados públicos. Habría que desmenuzar más a fondo el argumento esgrimido por el gobierno de que se necesita la cooperación internacional para beneficio de “los más pobres”. Con el dato proporcionado por Chong Wong pareciera más bien que la cooperación internacional se requiere sobre todo para sostener el modelo gubernamental tradicional, basado en el clientelismo político del partido en el poder.

El gobierno de Lobo Sosa ha ignorado las demandas de cambio que ha hecho la opinión pública nacional en la política interna y exterior del país. En cuanto a política exterior, por ejemplo, se hace evidente que no habrá una revisión de carácter administrativo: ¿Necesitamos todas las representaciones diplomáticas que tenemos actualmente? ¿Necesitamos tener la cantidad de personal que actualmente tenemos en cada una de esas Embajadas y Consulados? ¿Cómo se puede frenar la corrupción en los Consulados de los Estados Unidos? Esos problemas de fondo no se están abordando. Son más bien parte de ese status quo que este gobierno busca restablecer y preservar.

Una crisis desperdiciada

Una máxima en la administración es que nunca hay que desperdiciar una buena crisis. Sobre esa premisa, a raíz de la debacle financiera mundial que comenzó en 2008 y que azotó al globo con especial fuerza en 2009, miles de empresas y de instituciones públicas y privadas alrededor del planeta, se han replanteado sus filosofías de trabajo, sus procesos y sus objetivos organizacionales.

Sin embargo, las oportunidades de cambio en política interna y exterior que trajo la crisis interna hondureña de 2009, han sido desperdiciadas por el gobierno de turno. No se han revisado paradigmas, modelos ni estructuras políticas, económicas ni sociales. No hay cuestionamientos, no hay hipótesis, no hay imaginación ni creatividad alguna en el nuevo gabinete ni en el Congreso Nacional. En síntesis, no hay voluntad política para cambios de ningún tipo en el “modelo de desarrollo” del país.

Esta es una gran ironía para un gobierno que llegó al poder vendiendo el “Cambio Ya!”.

A nivel interno, esa ausencia de cambio se hace evidente con la aprobación del reciente “paquetazo”, maquillado con nombres exóticos y rebuscados. Pero en el fondo es más de lo mismo: el “modelo” fiscal se mantiene intacto. Los mismos de siempre pagarán más. Los mismos de siempre seguirán sin pagar. Se acudió a la salida fácil, práctica y de corto plazo para recaudar fondos para cubrir los pagos de salarios a los burócratas del Estado.

Por lo pronto, lo que tenemos entonces servido en la mesa los hondureños es el restablecimiento de un status quo político, económico, social y diplomático, cuyos frutos más sobresalientes han sido una deshonrosa plaza entre los tres países más pobres de América Latina y una aguda crisis política en el 2009, cuyas causas estructurales siguen sin resolverse.

De manera pues que no veremos, no al menos en los próximos cuatro años, cambio alguno, ni en política interna ni en la externa.

Y entonces nos preguntamos:
¿Quo vadis Pepe Lobo?
¿Quo vadis Honduras?

domingo, 28 de febrero de 2010

HOLA DE NUEVO!

Estimado amigos y lectores del Blog La Honduras Posible:
Con mucho entusiasmo regreso a este espacio, luego de una prolongada ausencia provocada por un problema de salud que, gracias a Dios, se ha ido resolviendo muy favorablemente. Agradezco muchísimo a aquéllos que han estado pendientes de mi evolución y que me han animado a retomar estos escritos.

En este día reactivo en este blog mi análisis político sobre la realidad de Honduras, siempre con la intención de propiciar la discusión sana y desapasionada, que nos permita encausarnos hacia un país más desarrollado, más junto y más sostenible. He escogido la fecha en que se cumplen los primeros 30 días de gobierno de Porfirio Lobo Sosa para escribir los primeros artículos. Estos se estarán enfocando en dos ámbitos: el interno y el externo.

En el ámbito interno, analizaré las principales medidas que ha tomado el nuevo Presidente y la dirección que muestran en la que se enrumbará el país bajo esta administración. Esa es la primera nota que podrán leer a partir de hoy, titulada “Honduras regresa a la normalidad”.

En el ámbito externo, pronto estaré subiendo análisis sobre las actividades del actual gobierno para normalizar las relaciones bilaterales y multilaterales del país con la comunidad internacional, así como análisis sobre las líneas de acción por parte de determinados organismos internacionales, como la OEA y la Unión Europea, y de ciertos gobiernos (Brasil, Venezuela, etc.) hacia el nuevo gobierno de Honduras.

A todos muchas gracias y desde ya la bienvenida a todos sus comentarios.

Atentamente,
Margarita M. Montes

HONDURAS REGRESA A "LA NORMALIDAD"

Margarita M. Montes

Un mes después de la toma de posesión del nuevo Presidente Porfirio Lobo Sosa, vemos a una Honduras que, luego de haber sido sacudida por una severa crisis política interna, regresa a “la normalidad”. Esta, sin embargo, no es una afirmación triunfalista; todo lo contrario. Honduras vuelve al status quo que imperaba antes de toda la conmoción que vivió desde junio de 2009.

En esta nota, me concentraré en los aspectos de política interna más relevantes de los primeros 30 días del nuevo gobierno. En notas separadas, trataré los asuntos de carácter internacional.

A continuación, un análisis de las principales evidencias que denotan que en el país continúan enraizados los vicios del pasado, y que seguimos estancados en el punto de inicio, previo a la crisis política de 2009:

1. Un partido tradicional, con un líder tradicional, toma el poder y actúa como tal: el Partido Nacional, una de las dos instituciones políticas tradicionales del país, y corresponsable, junto con el Partido Liberal, de la actual situación política, social y económica en la que se encuentra Honduras, arrasó en las elecciones de noviembre de 2009, llevando al poder a un candidato de corte tradicional. Porfirio Lobo Sosa es un político criollo de larga carrera, entre cuyos cargos figura el de ex Presidente del Congreso Nacional.

Al igual que sus antecesores, tanto del Partido Nacional, como del Partido Liberal, llega al poder vendiéndole “cambio” al electorado, (“Cambio ya!” fue su slogan de campaña política), pero también, al igual que todos ellos, llega al poder a mantener las actuales estructuras políticas, sociales y económicas intactas en el país. Esas estructuras son las que alimentan y sostienen a toda la clase política hondureña (sin distingo de partido), por lo que no hay motivación alguna en la clase gobernante por cambiarlas. El cambio, por naturaleza, es un adversario político de los partidos tradicionales.

Estas son algunas de las acciones y actitudes del actual Presidente que nos dan señales inequívocas de su apoyo a la perpetuación del status quo:

• Nombramiento de un gabinete lleno de políticos tradicionales, miembros de una clase política desgastada, desprestigiada y aún descalificada por la población durante la pasada crisis. Basta echar un rápido vistazo a los nombres de algunos de los cercanos colaboradores de Lobo Sosa, para descubrir Ministros que repiten en sus carteras, o funcionarios que ya ocuparon otros cargos en anteriores gobiernos y que ahora tienen uno diferente, pero de igual o mayor rango. En otras palabras, la misma gente, las mismas caras, las mismas actitudes. Eso desvirtúa totalmente el sonado slogan de “Cambio ya!” de Pepe Lobo.

• Nombramientos netamente de corte político, sin tomar en cuenta el mérito profesional. El caso más representativo es el nombramiento de una odontóloga como Ministra de Turismo, sector en el que no tiene ninguna experiencia tampoco como empresaria. Este nombramiento viene a engrosar las filas de otras tantas irracionalidades administrativas que tradicionalmente hemos visto en Honduras, tales como arquitectos de Ministros de Relaciones Exteriores; veterinarios de Ministros de Economía y abogados de administradores. Otra enorme contradicción con el slogan de “Cambio ya!”


• El descarado y desvergonzado nepotismo que ha exhibido el Presidente Lobo Sosa, nombrando a su hijo de Gobernador de Olancho; a su hija de Representante de Honduras ante el Banco Centroamericano de Integración Económica –BCIE-y a su sobrino de Cónsul de Honduras en Nueva York. Y eso, a apenas un mes de haber asumido el poder, y de haber asegurado en su discurso de toma de posesión que combatiría la corrupción. Paradójicamente, el nepotismo es una de las formas más pestilentes de corrupción que hemos soportado en Honduras por siglos. Ante esta inescrupulosa conducta de Lobo Sosa, podemos anticipar decisiones en la misma línea a lo largo y ancho de todos los 47 meses que le restan de gobierno. Preguntémonos qué cantidad mensual estará erogando el Estado de Honduras para pagar los salarios de los miembros de una misma familia, es decir, la familia presidencial, incluyendo a la Primera Dama, a quien en este país también se le asigna un salario. Lobo Sosa, dentro de su pregonada doctrina de Humanismo Cristiano, habló del Estado al servicio del ser humano, y no al revés, pero todo indica que ese servicio dependerá del apellido que tenga ese ser humano. Esta es otra prueba más de una inconsistencia con la frase “Cambio ya!”.

2. No hay voluntad política para hacer los cambios que requiere el país: al igual que sus antecesores, Lobo Sosa llega a manejar el mismo caos administrativo en el que hemos vivido. No vemos señales de que el actual Presidente tenga la intención de atacar la causa raíz de los principales problemas que aquejan a Honduras, en su mayoría de carácter estructural, y que se resumen básicamente en la politización de todas nuestras instituciones. Por ejemplo, por lo visto en estos 30 días, podemos anticipar que no habrá una reestructuración del sistema educativo. No se ve por ningún lado un enfoque cualitativo, encaminado a modernizar los contenidos educativos de primaria y secundaria para ponernos a la altura del siglo XXI, y menos aún, se ve alguna posibilidad de mejorar la calidad de los maestros. El gobierno seguirá enfrascado en un enfoque netamente cuantitativo de más escuelas, más profesores, 200 días de clases y más millones de lempiras en pagos al magisterio.

No habrá tampoco una reestructuración del sistema de salud. El gobierno seguirá empantanado tratando de corregir las enormes irracionalidades administrativas para que haya medicinas en los hospitales, pero no tocará nada más allá de eso. No habrá negociación entre el IHSS y el Estado, o entre el IHSS y las Municipalidades del país para que paguen la millonaria deuda que mantienen con esta institución. Tampoco se reestructurará la ENEE: no se eliminará el personal supernumerario; no se combatirá la corrupción; no se cobrará la mora de los abonados de mayor capacidad económica, ni se combatirá el hurto. Mucho menos tendremos una estrategia de mediano y largo plazo para revertir la matriz energética del país, altamente dependiente de los combustibles. Simplemente volveremos a la vieja receta de subir las tarifas, tal como ya lo anunció su nuevo gerente, Roberto Martínez. Y tampoco habrá profesionalización del servicio exterior, adonde los contribuyentes seguiremos pagando becas para parientes y clientes políticos del partido de turno. Estas son todas evidencias de un inexistente “Cambio ya!”.

3. No hay intención de reducir el tamaño del Estado: el nuevo Presidente habló en su discurso de toma de posesión de “austeridad” y de hacerle frente a la “peor crisis económica” en la historia de Honduras. Pero al entrar a Casa Presidencial, creó de inmediato nuevas funciones y hasta nuevos Ministerios. Para el caso, ahora tenemos el Ministerio de Comunicación y Estrategia y el Ministerio de Planificación; tenemos Comisionados Presidenciales para varias zonas del país y nuevas funciones dentro de Casa Presidencial. En uno de sus primeras reuniones de Consejo de Ministros, el Presidente solicitó a todos los encargados de las diferentes carteras, reducir sus gastos en un 20%. De poco servirá si el aumento del gasto público por la creación de nuevos Ministerios y cargos igualará o inclusive superará ese 20%. Otra gran decepción para aquéllos que compraron el “Cambio ya!”.

En síntesis, hoy en Honduras tenemos más de lo mismo. Ahora bien, esto no debe sorprendernos; a fin de cuentas no se pueden esperar cambios de partidos y de políticos tradicionales. Sería esperar hacer limonada con naranjas. Pero si bien estas conductas no sorprenden, sí logran despertar molestia e indignación entre la sociedad hondureña, sobre todo a raíz de los acontecimientos de los últimos meses. No podemos menos que preguntarnos si Lobo Sosa y el grupo que le rodea, aprendieron algo de la crisis política de 2009. Hasta el momento, en el ámbito interno, no se ven señales de tales lecciones, pues persisten las conductas tradicionales en la clase política gobernante, en la que es evidente una enorme brecha entre sus palabras y sus hechos; entre sus promesas de campaña y sus acciones una vez en el poder.

Los políticos no cambiaron con la crisis, pero la pregunta ahora es si cambió la sociedad civil, porque resulta preocupante que, ante la conducta que hemos visto en estos 30 días por parte del nuevo gobierno, la sociedad hondureña está sumida en un silencio cómplice. Tomemos el caso del abierto nepotismo que está practicando este gobierno: los medios de comunicación callan; la Comisión Nacional Anticorrupción no opina ni denuncia nada; la Resistencia no habla de otra cosa que de convocar a una Asamblea Nacional Constituyente; los “camisas blancas” no han dicho una palabra aún y los partidos políticos opositores no abren fuego, pues están todavía de luna de miel con el nuevo gobierno, disfrutando de la repartición de cargos.

Tal vez es temprano aún, pero más grave que la conducta tradicional de los políticos hondureños, sería que la sociedad haya regresado a la indiferencia que siempre la caracterizó. Queda poco tiempo para que la sociedad civil y las instituciones demuestren que no han perdido el ímpetu que tomaron en la crisis de 2009. Ya no hay mucho tiempo para evitar que todos nos apaguemos y volvamos al profundo letargo del que salimos el 28 de junio. No se puede esperar más para que todos los hondureños sigamos luchando contra la impunidad, la corrupción, el nepotismo, el abuso de autoridad, el chamberismo y tantas cosas más. Nos queda poco tiempo para sacar a Honduras de su nefasta “normalidad”. A esa “normalidad” no podemos ni debemos regresar.